Si bien Vaca Muerta mantiene su impulso, el informe de una consultora privada evidencia señales de estancamiento en la inversión, en un contexto de incertidumbre económica y precios internacionales a la baja.
“La previsibilidad es lo que convierte recursos en producción y exportaciones”, señalan desde Aleph Energy. A mediados de 2025, el sector de petróleo y gas en el país atraviesa un período con progresos irregulares, afectado tanto por factores internos como externos. Según el director de la consultora Aleph Energy, Daniel Dreizzen, el crecimiento del sector no responde a una línea recta, sino a una dinámica “de zigzags”, condicionada por la coyuntura económica local, la evolución de los precios internacionales y la tensión electoral que caracteriza al año en curso.

Mientras Vaca Muerta sigue mostrando su potencial productivo, los datos recientes reflejan una desaceleración en la inversión. La producción total de petróleo se mantiene estable en torno a los 750 mil barriles por día desde comienzos de año. El empuje del shale apenas logra compensar la declinación de los yacimientos convencionales.

Tal como lo viene consignando Mejor Energía, un dato clave es la cantidad de fracturas hidráulicas: si bien el promedio mensual actual ronda las 2.100 —por encima de las 1.500 del año pasado— en junio se registró una baja del 24% respecto al pico de mayo, cayendo de 2.588 a 1.968 fracturas. En paralelo, la actividad de perforación también retrocede: en junio operaron 42 equipos, un 15% menos que hace un año.

En el plano internacional, el mercado no ofrece alivio. Con la distensión del conflicto bélico entre Israel e Irán, los precios del crudo retrocedieron a niveles cercanos a los 60 dólares por barril, lo que representa una caída del 15% interanual. Este descenso se traslada a los precios locales —atados al export parity— afectando ingresos y márgenes. Aleph Energy revisó a la baja su proyección de superávit energético para 2025, que pasó de 7.000 a 5.289 millones de dólares.

A esto se suma la suba de costos en dólares dentro del país, que deteriora aún más la rentabilidad, sobre todo para las empresas que operan en el segmento convencional. Sin embargo, Dreizzen subraya que hay elementos que permiten sostener expectativas de mediano plazo. Entre ellos, destaca el acuerdo para incorporar el buque Golar LNG Hili para licuar gas en el país, el inicio del proyecto Fénix en la cuenca Austral, la ampliación del gasoducto Perito Moreno y la construcción del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), destinado a incrementar la capacidad de exportación de crudo.

También se mantienen planes activos de desarrollo en distintos bloques de Vaca Muerta, junto con un movimiento sostenido de fusiones y adquisiciones, que reconfiguran portfolios tanto locales como internacionales. A modo de contraste, Dreizzen recuerda el caso del shale en Estados Unidos, que logró una expansión continua durante más de una década gracias a un entorno macroeconómico y regulatorio mucho más estable.

“La previsibilidad para el desarrollo, más que la geología, es lo que convierte recursos en producción y exportaciones”, concluyó.

Fuente: Mejor Energía