El análisis revela que el 46% del valor pagado por el consumidor proviene del efluente y procesamiento, aún controlados por Petrobras; El transporte representa sólo el 10% del coste final,
El discurso pronunciado esta mañana por el Ministerio de Minas y Energía en la apertura de la Semana del Gas 2025 en Brasilia reavivó el debate sobre la eficiencia del sector de gas natural del país y las medidas necesarias para avanzar hacia una industria del gas competitiva. Un análisis de los datos y los hechos revela una historia compleja, que desafía la retórica utilizada y expone los obstáculos estructurales que debe superar cualquier gobierno.

El programa “Nuevo Mercado de Gas”, lanzado en 2019, tenía el objetivo declarado de reducir el poder de mercado de Petrobras y promover un mercado competitivo. Desinversiones clave como Nova Transportadora do Sudeste (NTS) en 2016 (iniciadas durante el gobierno de Dilma Roussef en 2014) y Transportadora Associada de Gás (TAG) en 2019 fueron pasos en esta dirección, mientras que NTS se vendió durante el gobierno de Temer.

Estas medidas fueron parte de un esfuerzo de una década para abrir el sector del gas natural, impulsado por la crisis de deuda de Petrobras posterior a Lava Jato. Un lector menos atento podría incluso pensar que el transporte de gas juega un papel clave en la composición del precio del gas natural en Brasil. Pero esta percepción no resiste un análisis detallado de los datos publicados por la Compañía de Investigación Energética (EPE).

El transporte representa aproximadamente el 10% del precio total del gas natural. El 90% restante del precio se divide en: (i) 14%, precio del gas en boca del pozo productor; (ii) distribución del 9,8%; (iii) 20%, impuestos, y (iv) 46%, flujo y procesamiento de gas natural. Por lo tanto, si hay un “villano”, es el flujo y procesamiento, infraestructura esencial propiedad y operada por Petrobras, no por un “oligopolio privado”.

Por lo tanto, el principal problema de los precios no es la presencia quijotesca de “oligopolios privados”, sino los precios injustificados por el flujo y procesamiento del gas natural cobrados por Petrobras; y este problema es anterior a diferentes gobiernos, incluido el actual. Los oligopolios irresponsables han hecho subir los precios del gas natural, dice Alexandre Silveira en Gas Week Y ese problema, como sugiere el ministro en varios puntos de su discurso, surge de las lagunas regulatorias dejadas por la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP), ya que si bien los activos de flujo y procesamiento hayan sido reconocidos como infraestructuras esenciales por la Nueva Ley del Gas, no hay transparencia en cuanto a la capacidad, términos contractuales o valores de acceso a los sistemas en poder de Petrobras.

Estamos hablando de un eslabón de la cadena que representa casi el 50% del precio del gas natural que consumimos hoy en Brasil. Es esencial que cualquier debate público sobre el sector priorice los cuellos de botella relevantes, permitiendo que la sociedad brasileña comprenda mejor los desafíos reales de la cadena del gas natural.

El discurso del Ministro habla claramente de las frustraciones reales de la sociedad: el precio del gas natural está sufriendo, la oferta no satisface la demanda y, según las proyecciones, el escenario no cambiará mucho. Las previsiones muestran un sector en recuperación (la Ruta 3, las importaciones argentinas de Vaca Muerta (a partir de abril de 2025) y un aumento del 34% de la oferta hacia 2032 son señales de progreso), pero la parálisis regulatoria en la ANP podría convertir esta evolución en una victoria pírrica.

Los problemas estructurales requieren soluciones estructurales. Y las soluciones estructurales sólo son posibles mediante una acción rápida y eficiente del regulador. Hoy en día, en todas partes del mundo, se pide al sector público que haga más con menos. Y ese es el gran desafío de la actual ANP, pues la sociedad brasileña merece gas natural accesible anclado en soluciones estructurales técnicas y sostenibles. Este artículo expresa exclusivamente la posición del autor y no necesariamente la de la institución para la que trabaja o está afiliado.

Alexandre B. Calmon es especialista en energía y socio fundador de Cosro – Costa Rodrigues Advogados.

Fuente: ejes