En línea con lo adelantado por El Observador la semana pasada, se optó por continuar con el mecanismo de fijación mensual que venía desde mediados de 2021. PUBLICIDAD En paralelo, las autoridades evalúan introducir cambios en ese punto, y también se plantean revisar los márgenes de la cadena de distribución.
Sobre ese punto, la ministra de Industria, Energía y Minería, Fernanda Cardona expresó el lunes que se buscará “rápidamente” un cambio normativo para modificar lo que está establecido en la ley de Urgente Consideración. Así se establece que los precios deben actualizarse con una periodicidad máxima de 60 días.
Según Cardona, en un “escenario de mínima” los precios se deberían revisar cada seis meses. Ese punto se viene analizando con el Ministerio de Economía y Finanzas y con Presidencia de la República. “Vamos a proponer seguramente un instrumento legal que modifique el plazo que tenemos vigente”, expresó en entrevista con el programa Arriba Gente de Canal 10.
A modo de ejemplo, señaló que muchas de las paramétricas que están dentro de la cadena de comercialización están “desfasadas”, porque mientras las tarifas se ajustan todos los meses, las otras se actualizan cada dos o más meses. Los márgenes de distribución y los precios de los combustibles Durante el gobierno anterior se plantearon cambios en todos los eslabones de la cadena, desde la producción y distribución hasta la comercialización en las estaciones. El objetivo era llegar en un tiempo razonable a un sistema más eficiente y con combustibles a precios más competitivos.
Algunos se pusieron en práctica y otros que potencialmente podían mover la aguja quedaron por el camino, como detalla esta nota de El Observador publicada tiempo atrás. A la fecha el producto y el precio de la nafta y el gasoil sigue siendo el mismo en todas las estaciones de servicio sin importar el sello. “En rigor no existe un mercado de combustibles, sino un sistema hiper-regulado con muy pocos incentivos a la competencia, donde para todos los actores está regulado el producto y sus ingresos (precio, margen o bonificación)”, decía la propuesta de revisión integral del mercado de combustibles que hace cuatro años el Poder Ejecutivo envió al Parlamento.
La ministra dijo el lunes que se entablarán conversaciones con sellos distribuidores, transportistas y estacioneros. Ese diálogo apuntará a atacar un viejo tema, los precios de venta de los combustibles en Uruguay, que están entre los más altos de la región. Cardona señaló que el Precio Paridad de Importación (PPI) debe ser una “referencia”, pero no un elemento que “fija el precio final”.
“Está bien tenerlo, pero ni obliga ni fija, porque hay que considerar, entre otras cosas los impuestos que se generan en la cadena, lo que se le paga a los sellos, lo que se le paga a los estacioneros”, afirmó. Según la jerarca, “toda esa parte de metodología hasta ahora no se trabajó jamás”.
“Tenemos que trabajar con los sellos, con los estacioneros, con los transportistas y ver toda la cadena para ver si tenemos un mecanismo que realmente sea disruptivo y cambie la realidad que tenemos. Se va a conversar con cada uno de ellos y tenemos claro que tiene que ser una agenda absolutamente rápida”, añadió. Ancap, impuestos y distribución ¿Cuánto pesa cada uno? Datos oficiales muestran que en 2023 a través de las estaciones de Ancap, Disa y Axion se comercializaron alrededor de un millón de metros cúbicos (m3) de gasoil, y 880 mil m3 de gasolinas, por unos US$ 3.200 millones.
Unos US$ 1.200 millones fueron impuestos. En ese ítem están comprendidos Imesi y CO2 (US$ 740 millones), y el resto corresponden al fideicomiso del transporte, IVA y otros. ANCAP (Datos del mercado de combustibles en 2023) Otros US$ 1.500 millones correspondieron al costo de petróleo, derivados y biocombustibles (US$ 1.200 millones); personal de Ancap (US$ 130 millones) e insumos, materiales y servicios (US$ 200 millones).
En tanto, hubo US$ 500 millones que formaron parte del costo y ganancia de la operación de distribuidoras, fletes y estaciones de servicios. Esta fase de distribución secundaria toma el combustible que vende Ancap en la planta de distribución y lo lleva al consumidor final.
Fuente: El Observador