Las iniciativas de etanol con bajas emisiones de carbono y las nuevas asociaciones posicionan al país como un exportador potencial de SAF, pero la tecnología aún enfrenta barreras a la viabilidad económica.
Mientras el sector de la aviación busca soluciones para reducir sus emisiones de carbono, Brasil avanza en el desarrollo del Combustible de Aviación Sostenible (SAF), que promete transformar el escenario de la aviación global. Aunque la tecnología aún enfrenta desafíos, las perspectivas de innovación y sostenibilidad continúan creciendo.

En el centro de estas innovaciones se encuentra el Instituto Nacional de Metrología, Calidad y Tecnología (Inmetro), que participa activamente en el desarrollo de normas y métodos de certificación para la SAF. Cristiane Rodrigues, investigadora del Laboratorio de Análisis de Gases (Lanag) del instituto, destaca que ofrece apoyo en las especificaciones técnicas de los combustibles para garantizar la seguridad y calidad del SAF.

“Inmetro ofrece apoyo en especificaciones de combustibles a través de mediciones, materiales de referencia, estándares y pruebas de competencia brindados por la Dirección de Metrología Científica, Industrial y Tecnológica (Dimci), junto con el regulador, la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles Brasileños (ANP). )”. Destaca también que este apoyo se puede ampliar a la certificación SAF, si la ANP lo solicita.

Además, Inmetro participó recientemente del Congreso de la Red Brasileña de Bioqueroseno de Aviación e Hidrocarburos Sostenibles, en el que se discutió una alianza con el Centro Internacional de Energías Renovables (CIBiogás) para la producción de SAF a partir de biometano e hidrógeno renovables, explorando la producción de hidrocarburos sintéticos.

“Se pueden concluir proyectos de asociación para la especificación metrológica de estos productos entre las partes y el Inmetro, con el fin de proporcionar métodos validados y materiales de referencia para el control de calidad en las especificaciones de los productos”, comenta el investigador.

Desafíos en la implementación del SAF

A pesar de las innovaciones, el desarrollo de SAF en Brasil aún enfrenta importantes desafíos. Marcelo Eskenazi Magalhães, asesor de Innovación de Nuevos Negocios de la planta de São Martinho, explica que, aunque la empresa aún no produce SAF, está desarrollando planes para hacerlo.

“Estamos monitoreando la maduración y abaratamiento de la tecnología y la integración de metodologías internacionales para el cálculo del ciclo de vida del SAF con Renovabio”. También explica que la conversión de etanol bajo en carbono en SAF, a través de la ruta de producción conocida como ATJ (Alcohol-to-Jet), requiere estudios técnicos más profundos y reducción de costos para hacerla económicamente viable. Las proyecciones indican que esta tecnología podrá satisfacer la creciente demanda de SAF en Brasil a partir de 2027.

Sin embargo, las prácticas sustentables ya son una realidad en São Martinho, que cuenta con unidades certificadas para la producción de etanol de baja intensidad de carbono, esencial para la futura producción de SAF. La empresa utiliza técnicas como el uso de bioinsumos y el control biológico de plagas, reforzando su compromiso con la agricultura de bajo impacto. “Nuestro programa de descarbonización incluye prácticas que promueven una producción más sostenible, lo que nos posiciona para proporcionar materias primas con baja huella de carbono para SAF”, detalla Magalhães.

Sostenibilidad y proyecciones de futuro

Los avances en la producción de SAF en Brasil son estratégicos no sólo para el mercado interno, sino también para la exportación, especialmente en un contexto de creciente demanda global de combustibles bajos en carbono. Marcela Anselmi, gerente técnica de Medio Ambiente y Transición Energética de ANAC, destaca la importancia del SAF en el escenario ambiental.

“El SAF es un combustible con menor huella de carbono y, por tanto, contribuye significativamente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y los problemas medioambientales relacionados, como el cambio climático”. Brasil se compromete a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en la aviación, especialmente con la reciente entrada en vigor de la Ley de Combustibles del Futuro, aprobada el 9 de octubre de 2024. Esta nueva legislación establece directrices para promover el uso de combustibles sostenibles, incluido el SAF, que ahora cuenta con un marco regulatorio para su producción y uso. La iniciativa prevé el uso progresivo de SAF en vuelos nacionales a partir de 2027, con objetivos anuales de sustitución de los combustibles fósiles para 2050.

Según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), los SAF podrían representar hasta el 55% de la reducción de emisiones del sector de la aviación civil para 2050. Este dato resalta la importancia de que tanto el gobierno como el sector privado sigan invirtiendo en tecnología y ampliar el apoyo regulatorio al sector de la aviación sostenible. Con SAF, Brasil se posiciona como líder potencial en la transición energética global, promoviendo la sostenibilidad en la aviación y fomentando el desarrollo de nuevas tecnologías para un futuro con menores emisiones de carbono.

Comparaciones con el queroseno de aviación tradicional

A diferencia del queroseno de aviación (AVQ), que se deriva del petróleo, el SAF ofrece una alternativa baja en carbono para el sector, con potencial para reducir las emisiones de CO₂ hasta en un 80% durante todo su ciclo de vida, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo ( IATA). Aunque el SAF también produce gases de efecto invernadero cuando se quema, su impacto ambiental se reduce por la absorción de CO₂ en el cultivo de materias primas, como la caña de azúcar, que proporciona etanol para el ATJ (Alcohol-to-Jet). Para garantizar esta sostenibilidad, São Martinho, uno de los principales productores de etanol bajo en carbono del país, adopta prácticas agrícolas bajas en emisiones. “Ese etanol de baja intensidad de carbono es la materia prima considerada en los Planes de Negocios de Producción del SAF que la empresa evaluó para sustentar sus análisis de escenarios futuros”, comenta Magalhães.

Viabilidad económica y costes.

Los desafíos económicos asociados con los SAF también son una cuestión relevante, ya que el combustible de aviación sostenible tiende a ser más caro que el queroseno convencional. Azul Linhas Aéreas, una de las empresas brasileñas que ya realizó vuelos experimentales con SAF, señala que el alto costo de producción impacta la viabilidad y puede encarecer los boletos.

“El SAF vendido en Europa cuesta hasta cinco veces más que el combustible convencional”, destaca Diogo Youssef, director ejecutivo de Eficiencia de Combustible de Azul.

Pese a ello, las perspectivas para Brasil son optimistas. Con certificaciones recientes y un creciente interés en el mercado exportador, los expertos creen que el país puede reducir costos logísticos al convertirse en productor y proveedor del combustible, como comentó Raphael Nascimento, director de Nuevos Negocios en Trading de Raízen. “Brasil tiene potencial no sólo como proveedor de materias primas (etanol), sino también para la industrialización y producción del producto final, el combustible de aviación (SAF)”.

Brasil ocupa una posición privilegiada en la producción de biocombustibles y puede ampliar este papel al SAF. Según Luciano Rodrigues, director de Inteligencia Sectorial de Unica (Unión de la Industria de la Caña de Azúcar y de la Bioenergía), el país tiene vasta experiencia e infraestructura para avanzar como proveedor global de SAF. “El mercado de SAF podría ser un nuevo impulsor de la demanda de biocombustibles y, específicamente, de etanol en el mediano plazo”. Rodrigues también destaca la importancia de los incentivos y el apoyo gubernamental para que el país mantenga su competitividad.

Para estimular nuevas inversiones, BNDES y Finep asignaron R$ 6 mil millones a proyectos de construcción de refinerías del SAF. “Estos incentivos son fundamentales para hacer económicamente viable al SAF y estructurar una cadena productiva que pueda satisfacer tanto la demanda nacional como el mercado exterior”, explica Anselmi.

Fuente: Noticias RPA