“Para mí es mucho más importante tener un buen acuerdo que cerrarlo a fin de año. Esto podría continuar en enero o en febrero”, esgrimió el presidente, en conferencia de prensa, abriendo el paraguas sobre un posible retraso en un tema considerado fundamental para Paraguay: la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú Binacional.
Este anexo es el que establece la tarifa y las formas de distribución, de cesión y de venta de la energía de la binacional. En el acuerdo de entendimiento, el acuerdo puente del 7 de mayo de 2023, había establecido, como cláusula excepcional, una tarifa de 19, 28 dólares el KW mes hasta el 31 de diciembre de 2026, y la fecha de cierre final de la renegociación el 31 de diciembre de este año.
“Tenemos que ser conscientes que en el ámbito de Paraguay hay un entendimiento mucho más profundo a todos los niveles, incluyéndome a mí (literalmente dijo “empezando por yo”), que soy el presidente de la República”, argumentó consultado sobre el avance de las negociaciones.
“El presidente de Brasil, a quien le tengo un gran aprecio y admiración, tiene muchísima experiencia en el campo político, pero en este caso específico tiene menos conocimiento técnico”, amplió su explicación del porqué podría retrasarse el cierre de la renegociación.
“Para nosotros la discusión técnica es una discusión relativamente más fácil que para Brasil y todas sus instituciones. Entonces, nosotros nos estamos moviendo más a la velocidad que ellos pueden”, aseguró.
Luego, como intentando justificar a Brasil, agregó que “no podemos dejar de mencionar que ellos tienen una agenda internacional mucho más amplia. Semanas atrás tuvieron que ser sede del G 20 donde Paraguay fue invitado”. La fecha de cierre de las negociaciones había sido ratificada en la reunión en Asunción con el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, el 7 de noviembre pasado.
Los preacuerdos
En el acuerdo de entendimiento del 7 de mayo, que debería ser refrendado en la negociación final, se estableció que desde 2027 la tarifa de la energía quedará liberada al costo de producción (los brasileros pretenden bajar la tarifa a 9 dólares), “sin costos adicionales” como los gastos sociales.
Fuente: El Prisma