La empresa de investigación energética indica que las inversiones de gigantes de la industria como ExxonMobil, Chevron, BP, Shell, TotalEnergies y Eni podrían añadir 286 mil barriles por día (bpd) de capacidad de producción.
El SAF, producido a partir de desechos como aceite de cocina usado o cultivos orgánicos, emite la misma cantidad de dióxido de carbono que el queroseno cuando se quema. Sin embargo, se considera menos contaminante debido a que se produce a partir de desechos o plantas en lugar de petróleo recién extraído, que libera gases de efecto invernadero adicionales.
La industria de la aviación es responsable de casi el 2% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono relacionadas con la energía. "A medida que avanza la transición energética, estos biocombustibles ofrecen una solución práctica a corto plazo para reducir las emisiones sin requerir cambios significativos en la infraestructura actual", dijo el analista de investigación de bioenergía de Rystad, Lars Klesse.
BP lidera el grupo con mayor capacidad de producción anunciada, alcanzando un total de 130 mil bpd.
Adquisiciones estratégicas, como las de BP – que compró la participación de Bunge en la empresa conjunta de las empresas – y Chevron, con la adquisición de Renewable Energy Group, fortalecieron las posiciones de las grandes petroleras en este espacio.
A pesar de su mayor costo en comparación con el combustible para aviones a base de petróleo, la adopción de SAF está ganando impulso. Los mandatos gubernamentales están impulsando la inversión: la Unión Europea exige un uso mínimo del 2 % de SAF en la aviación para 2025, y la Casa Blanca de Biden pretende satisfacer toda la demanda de combustible para aviones de Estados Unidos con SAF para 2050.
Fuente: Agencia