Una mayor infraestructura garantiza mayores tarifas razonables para todos y seguridad energética, escribe Augusto Salomon
El momento es prometedor para el mercado del gas natural. Aunque aún queda mucho por evolucionar, es destacable el alineamiento de agentes del sector público y del sector privado en torno a premisas fundamentales: La ampliación de la infraestructura de transporte y flujo, además de las Unidades de Procesamiento de Gas Natural (UPGN); El incremento y diversificación del suministro de gas, con énfasis en la producción nacional;

El papel del gas natural en la seguridad energética, contribuyendo a la competitividad y alineándose con los objetivos de descarbonización. La Carta de Brasilia, entregada al Ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, destaca la importancia del gas natural en la agenda de transición energética. El documento, preparado para la Cumbre del G20, enfatiza el papel del gas en una transición equilibrada y efectiva, enumerando ocho oportunidades para que el sector contribuya.

Según un estudio de FGV Energia, el gas natural es crucial para una nueva industrialización baja en carbono, mitigando las emisiones en sectores difíciles de descarbonizar, como el transporte pesado e industrias como la del acero y la cerámica. Aumentar el suministro de gas también es vital para la producción de fertilizantes, esenciales para la agroindustria y la seguridad alimentaria mundial.

La historia reciente de Brasil, con baja disponibilidad de agua y mayor participación de fuentes renovables intermitentes, pone de relieve la necesidad de una fuente energética firme como el gas natural.

El ejemplo de la anticipación de las operaciones de Termopernambuco por parte del Operador Nacional del Sistema (ONS) ilustra cómo el gas natural garantiza resiliencia y seguridad en el suministro eléctrico, facilitando la integración de fuentes renovables. Aumentar el suministro de gas también es vital para la producción de fertilizantes, esenciales para la agroindustria y la seguridad alimentaria mundial. En el sector del transporte, el gas natural puede sustituir al diésel, reduciendo las emisiones, especialmente cuando se combina con biometano, que es intercambiable con el gas natural.

Las proyecciones de la Energy Research Company (EPE) indican un aumento de la oferta de gas en los próximos diez años, lo que indica una mayor competencia y diversificación. A pesar de algunas opiniones pesimistas, la apertura del mercado del gas ya está mostrando resultados positivos, con precios más competitivos e importantes inversiones en expansión de infraestructura.

Otro síntoma de la fortaleza del gas natural como fuente energética en Brasil son las cinco terminales privadas de gas natural licuado (GNL) implementadas en Brasil desde 2019, lo que demuestra la confianza de los principales actores del mercado. Incrementar la infraestructura de transporte y procesamiento es esencial para reducir los costos para el consumidor y garantizar la seguridad energética. Es necesario acelerar los proyectos en las cuencas de Alagoas, Sergipe y Margen Ecuatorial para permitir una mayor producción nacional.

Los distribuidores amplían el mercado centrándose en la sostenibilidad y la seguridad En el downstream, las distribuidoras vienen impulsando el mercado brasileño del gas y han jugado un papel fundamental, ampliando la red de distribución y contribuyendo a la sustitución de combustibles más contaminantes.

Entre 2011 y 2023, la red creció de 19.000 a 43.000 kilómetros, con inversiones continuas respaldadas por previsibilidad regulatoria y contratos a largo plazo.

Además, las distribuidoras han estado liderando iniciativas como el Proyecto Corredores Sostenibles, que crea infraestructura para vehículos propulsados ​​por gas y biometano. Esta política de sustitución del diésel por gas natural es una estrategia beneficiosa para todos, ya que fomenta la producción de gas natural y la integración con el mercado del biometano.

La expansión de la infraestructura es vital, no sólo para la seguridad del suministro, sino también para garantizar tarifas razonables y atender a una base diversa de consumidores. Interrumpir las inversiones sería un error estratégico, comprometiendo la eficiencia de los servicios y la seguridad operativa. El sector de la distribución, al estar regulado, mantiene altos niveles de transparencia y satisfacción del consumidor, con modelos de concesión que garantizan previsibilidad y seguridad en el suministro continuo.

Las concesionarias están preparadas para mover no sólo gas natural, sino también biometano, cuya capacidad de producción podría alcanzar los 7 millones de m³/día en 2029, según la Asociación Brasileña de Biogás (Abiogás).

El Programa Gas para Emplear, recientemente promulgado, refuerza el compromiso del Gobierno con incrementar la producción nacional de gas natural, promover el desarrollo sostenible, la creación de empleo y acelerar la transición energética, lo que apunta claramente a un escenario de crecimiento para el sector.

Sí, las perspectivas para el sector del gas natural en Brasil son positivas.

Y las inversiones continuas son esenciales para transformar este potencial en realidad.

Augusto Salomon es presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de Empresas Distribuidoras Una mayor infraestructura garantiza mayores tarifas razonables para todos y seguridad energética, escribe Augusto Salomon

El momento es prometedor para el mercado del gas natural. Aunque aún queda mucho por evolucionar, es destacable el alineamiento de agentes del sector público y del sector privado en torno a premisas fundamentales:

La ampliación de la infraestructura de transporte y flujo, además de las Unidades de Procesamiento de Gas Natural (UPGN); El incremento y diversificación del suministro de gas, con énfasis en la producción nacional;

El papel del gas natural en la seguridad energética, contribuyendo a la competitividad y alineándose con los objetivos de descarbonización. La Carta de Brasilia, entregada al Ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, destaca la importancia del gas natural en la agenda de transición energética. El documento, preparado para la Cumbre del G20, enfatiza el papel del gas en una transición equilibrada y efectiva, enumerando ocho oportunidades para que el sector contribuya.

Según un estudio de FGV Energia, el gas natural es crucial para una nueva industrialización baja en carbono, mitigando las emisiones en sectores difíciles de descarbonizar, como el transporte pesado e industrias como la del acero y la cerámica.

Aumentar el suministro de gas también es vital para la producción de fertilizantes, esenciales para la agroindustria y la seguridad alimentaria mundial. La historia reciente de Brasil, con baja disponibilidad de agua y mayor participación de fuentes renovables intermitentes, pone de relieve la necesidad de una fuente energética firme como el gas natural.

El ejemplo de la anticipación de las operaciones de Termopernambuco por parte del Operador Nacional del Sistema (ONS) ilustra cómo el gas natural garantiza resiliencia y seguridad en el suministro eléctrico, facilitando la integración de fuentes renovables. Aumentar el suministro de gas también es vital para la producción de fertilizantes, esenciales para la agroindustria y la seguridad alimentaria mundial.

En el sector del transporte, el gas natural puede sustituir al diésel, reduciendo las emisiones, especialmente cuando se combina con biometano, que es intercambiable con el gas natural. Las proyecciones de la Energy Research Company (EPE) indican un aumento de la oferta de gas en los próximos diez años, lo que indica una mayor competencia y diversificación. A pesar de algunas opiniones pesimistas, la apertura del mercado del gas ya está mostrando resultados positivos, con precios más competitivos e importantes inversiones en expansión de infraestructura.

Otro síntoma de la fortaleza del gas natural como fuente energética en Brasil son las cinco terminales privadas de gas natural licuado (GNL) implementadas en Brasil desde 2019, lo que demuestra la confianza de los principales actores del mercado. Incrementar la infraestructura de transporte y procesamiento es esencial para reducir los costos para el consumidor y garantizar la seguridad energética. Es necesario acelerar los proyectos en las cuencas de Alagoas, Sergipe y Margen Ecuatorial para permitir una mayor producción nacional. Los distribuidores amplían el mercado centrándose en la sostenibilidad y la seguridad En el downstream, las distribuidoras vienen impulsando el mercado brasileño del gas y han jugado un papel fundamental, ampliando la red de distribución y contribuyendo a la sustitución de combustibles más contaminantes. Entre 2011 y 2023, la red creció de 19.000 a 43.000 kilómetros, con inversiones continuas respaldadas por previsibilidad regulatoria y contratos a largo plazo. Además, las distribuidoras han estado liderando iniciativas como el Proyecto Corredores Sostenibles, que crea infraestructura para vehículos propulsados ​​por gas y biometano. Esta política de sustitución del diésel por gas natural es una estrategia beneficiosa para todos, ya que fomenta la producción de gas natural y la integración con el mercado del biometano.

La expansión de la infraestructura es vital, no sólo para la seguridad del suministro, sino también para garantizar tarifas razonables y atender a una base diversa de consumidores. Interrumpir las inversiones sería un error estratégico, comprometiendo la eficiencia de los servicios y la seguridad operativa. El sector de la distribución, al estar regulado, mantiene altos niveles de transparencia y satisfacción del consumidor, con modelos de concesión que garantizan previsibilidad y seguridad en el suministro continuo.

Las concesionarias están preparadas para mover no sólo gas natural, sino también biometano, cuya capacidad de producción podría alcanzar los 7 millones de m³/día en 2029, según la Asociación Brasileña de Biogás (Abiogás). El Programa Gas para Emplear, recientemente promulgado, refuerza el compromiso del Gobierno con incrementar la producción nacional de gas natural, promover el desarrollo sostenible, la creación de empleo y acelerar la transición energética, lo que apunta claramente a un escenario de crecimiento para el sector.

Sí, las perspectivas para el sector del gas natural en Brasil son positivas.

Y las inversiones continuas son esenciales para transformar este potencial en realidad.

Augusto Salomon es presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de Empresas Distribuidoraslos de Gas Canalizado (Abegás).

Fuente: ejes