Mark Finley/Rice Universit
El gobierno debería procurar garantizar la disponibilidad de combustible seguro y asequible, incluso en medio de los esfuerzos por reducir la dependencia y las emisiones a largo plazo. La capacidad del gobierno para influir en la oferta, la demanda y los precios en el corto plazo es muy limitada, aunque puede tener un impacto significativo en las tendencias a largo plazo.
El mercado del petróleo es muy eficiente a la hora de adaptarse a las circunstancias cambiantes, y el gobierno debería reconocer los beneficios de una operación tan eficiente y tener cuidado al interferir en el funcionamiento del mercado.
El petróleo sigue siendo el combustible principal de la economía de USA
Si bien existe un margen significativo para que las políticas influyan en el papel a largo plazo del petróleo en la combinación energética de Estados Unidos, la capacidad de las políticas para incidir materialmente en la producción, el consumo y los precios durante los próximos cuatro años es mucho más limitada. Este informe se centra en las herramientas de política a corto plazo para gestionar los movimientos extremos de los precios del petróleo; no analiza las políticas que pueden impulsar cambios a largo plazo, incluidos, entre otros, los incentivos para los vehículos eléctricos (VE), los permisos, las emisiones y el manejo del agua.
El petróleo es la principal fuente de energía que alimenta la economía estadounidense y mundial, y representó el 38% del consumo energético estadounidense el año pasado y el 32% del consumo energético mundial. Es muy probable que siga siendo la principal fuente de energía durante los mandatos de la próxima presidencia y el próximo Congreso, sin importar quién sea elegido y sin importar qué políticas se implementen. En el U.S. Energy Information Administration’s Annual Energy Outlook 2023, “Petróleo y otros líquidos” siguen siendo el principal combustible estadounidense para el 2028 en todos sus casos analíticos.
Análisis de expertos
Un mercado global de precios
Si bien Estados Unidos es, con diferencia, el mayor productor y consumidor de petróleo del mundo, no es ni puede aspirar a ser independiente de los acontecimientos mundiales. Los precios del petróleo crudo y los productos refinados se fijan en un mercado global. Si bien Estados Unidos se ha convertido en un exportador neto de petróleo en los últimos años, sigue siendo un gran importador de petróleo crudo y productos refinados. Las importaciones y exportaciones totales del año pasado equivalieron a más del 90% del consumo y la producción internos. Como resultado, Estados Unidos sigue estando íntimamente conectado a los mercados globales y es vulnerable a los acontecimientos en el extranjero.
Las empresas privadas impulsan la inversión interna
Además, las decisiones de inversión, al menos aquí en Estados Unidos, las toman empresas privadas. Además, los pozos de petróleo y otros elementos de la infraestructura petrolera, como las refinerías y los oleoductos, tienen una larga vida económica, por lo que las decisiones que se toman hoy seguirán afectando a la oferta durante las próximas décadas. Esto también es cierto para los equipos que consumen petróleo, en particular los vehículos de motor de larga duración, por lo que es probable que la demanda también cambie lentamente. Un papel limitado, pero importante, del gobierno.
La importancia que sigue teniendo el petróleo para nuestros intereses económicos y estratégicos nacionales significa que la política estadounidense tendrá que mantener su foco en un combustible asequible, fiable y seguro, incluso mientras buscamos cambiar el papel dominante del petróleo en nuestro sistema energético.
La palanca de política federal a corto plazo más inmediata para influir en los precios del petróleo es la Reserva Estratégica de Petróleo (SPR, por sus siglas en inglés). Al 6 de septiembre de 2024, la SPR contenía 380 millones de barriles de petróleo crudo. Con una capacidad máxima de liberación de 4,4 millones de barriles por día (Mb/d), representa una herramienta formidable para gestionar las interrupciones del suministro de petróleo, especialmente si se utiliza en conjunto con los aliados de la Agencia Internacional de Energía, cuyos miembros poseen actualmente 1.200 millones de barriles de reservas estratégicas. La SPR también se puede utilizar para respaldar los precios mediante la compra de petróleo crudo para almacenamiento, aunque las compras generalmente están sujetas a las autorizaciones de financiación del Congreso.
Con más de 5 Mb/d de capacidad de producción excedente a nivel mundial —en gran parte en manos de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos e Irak— otra opción de política a corto plazo para abordar la volatilidad de los precios del petróleo es la conducta de política exterior, pero la diplomacia petrolera se complica por las necesidades de ingresos de los países que poseen capacidad excedente.
Acciones de política
Intentar gestionar la volatilidad de los precios del petróleo es un juego resbaladizo. Los movimientos de precios son la forma en que el mercado envía señales a la oferta, la demanda, el comercio y los inventarios para que se ajusten a las circunstancias cambiantes. El mercado global hace esto a diario y con gran eficiencia, equilibrando un mercado de unos 100 Mb/d de petróleo crudo y productos refinados. Ningún plan central podría reaccionar con la misma velocidad o costo. Las medidas de política para controlar los precios o limitar el comercio también tendrían enormes implicaciones para el suministro fluido de combustible.
Al mismo tiempo, los cambios bruscos y repentinos de precios no solo afectan el gasto de los consumidores, sino también la confianza. El desafío para los responsables de las políticas es encontrar el equilibrio, permitiendo que el mercado funcione y al mismo tiempo gestionando las consecuencias económicas, políticas y geopolíticas adversas de cambios que algunos pueden considerar demasiado amplios, juicios que siempre dependerán del criterio del observador. Por lo tanto, al abordar políticas relacionadas con la energía, o políticas en otros ámbitos que pueden afectar la energía, los responsables de las políticas deben tener en cuenta lo siguiente:
Reconocer que los impactos de las políticas sobre la oferta, la demanda y los precios del petróleo en el corto plazo son muy limitados, aunque las políticas pueden afectar significativamente las tendencias a largo plazo. Permitir que el mercado del petróleo funcione y se adapte cuando sea posible y tener cuidado al interferir en él. Tener en cuenta el predominio actual del petróleo al elaborar nuevas políticas energéticas y apoyar los esfuerzos de transición energética para reducir la dependencia de Estados Unidos de este combustible, a fin de garantizar una transición fluida y, al mismo tiempo, mantener el acceso a un combustible seguro y asequible. El resultado final Las nuevas políticas energéticas implementadas por la nueva administración deben reconocer el papel central del petróleo en nuestra combinación energética y la eficiencia demostrada del mercado petrolero mundial para adaptarse al cambio, y garantizar la disponibilidad de petróleo seguro y asequible incluso en medio de los esfuerzos por reducir la dependencia a largo plazo de éste.
Fuente: Baker Institute