Con una infraestructura colosal, esta planta en Perú marca un hito energético en la región, conectando la costa con los principales centros de distribución a través de su extenso ducto.
Perú LNG ha hecho un megaproyecto de ensueño que cambiará la perspectiva en el desarrollo sostenible.

El gas natural es una fuente de energía más limpia en comparación con otros combustibles fósiles, lo que convierte a esta planta en un avance importante hacia la transición energética. Además, la instalación de este ducto optimiza la logística y reduce costos en la distribución, lo que podría atraer inversiones extranjeras y fortalecer el sector energético en Perú y Sudamérica.

En cuanto al megaproyecto en Perú, la construcción de este nuevo ducto de Perú LNG, representa una oportunidad para mejorar la competitividad del país en el mercado energético. El ducto permitirá una distribución más eficiente del gas natural, beneficiando tanto a la industria como a los hogares. Además, su ubicación estratégica facilitará no solo el abastecimiento interno, sino también la exportación del gas a países vecinos, lo que convertiría a Perú en un actor clave en el suministro energético de la región.

Los desafíos y éxitos del desarrollo del viaducto de gas natural El ducto que conecta este megaproyecto para explotar el gas natural, abastecer a nivel nacional y distribuir este recurso, ayudará a varios lugares remotos del país. El punto de partida del conducto será el kilómetro 211 del ducto de la Transportadora de Gas del Perú (TGP), específicamente en la comunidad de Chiquintirca, Ayacucho, hasta llegar a la planta de procesamiento de gas natural del Perú. Su recorrido, de aproximadamente 408 km, alcanza también a diversas localidades ubicadas a una altitud de 4,900 msnm. Esta hazaña le ha permitido obtener el récord Guinness por ser el ducto más alto del mundo.

El proceso consiste en enviar gas a los lugares menos accesibles y con menor afluencia del país. El proyecto de exportación y distribución de gas abarcará todo el territorio nacional. Además, cuenta con una zona ecológica que prioriza el cuidado de las aves guaneras, los pingüinos y la biodiversidad de especies voladoras. Pero principalmente se destaca el cambio de estado del gaseoso al líquido.

Debido a la alta demanda de infraestructural y tecnológica, la elección de construirlo en un lugar donde las olas golpean muy fuerte, el rompeolas es el dique que ayuda a calmar las olas de la zona. Gracias a la inversión de grandes empresas que han aportado a la construcción de esta obra, mantienen todo bajo control.

La distribuidora de gas natural y GLP se enfoca en interconectar, a través de tuberías, una red entre los distribuidores y las residencias. Esto representa un gran avance para la población de las diferentes regiones del país, además de incrementar la producción de energía eléctrica.

La importancia de tener alianzas estratégicas El proyecto no hubiera sido posible sin el apoyo de las alianzas con las principales empresas especializadas en la realización de este tipo de megaproyectos. Con una extensión de 521 hectáreas, es suficiente para convertirlo en la mayor obra de infraestructura de la región, capaz de transformar por completo el paisaje y mejorar significativamente la calidad de vida de sus habitantes. Esta colaboración estratégica no solo ha garantizado los recursos necesarios, sino también el conocimiento técnico y la experiencia para llevar a cabo cada fase del desarrollo de manera eficiente y sostenible.

Al llegar la mercancía de gas, se supervisa el más mínimo detalle para realizar con éxito la distribución y exportación del gas natural a las diferentes regiones del Perú.

Impactos económicos y muchos beneficios Impactos: En primer lugar, se espera que el gas natural llegue a lugares donde antes era difícil o imposible acceder a una fuente de energía económica y sostenible, lo cual mejorará la calidad de vida de miles de personas. Además, dado que la electricidad es muy económica, esto lo convierte en una propuesta atractiva para la inversión en este proyecto.

Beneficios: Económicamente, este proyecto impulsará el crecimiento de la industria local, creando empleos en diversas etapas, desde la construcción del ducto hasta su operación y mantenimiento. También abaratará los costos energéticos para hogares y empresas, haciéndolas más competitivas. A nivel social, la expansión del acceso a energía moderna y limpia podría transformar la infraestructura local, desde la salud hasta la educación, proporcionando nuevas oportunidades de desarrollo.

Este megaproyecto no solo busca explotar los recursos naturales del país de manera más eficiente, sino que es una vía para democratizar el acceso a la energía, llevando progreso a las zonas más alejadas y generando un impacto ambiental y social positivo.

Fuente: La Republica