El Análisis de Situación de los Biocombustibles publicado por la Empresa de Investigación Energética (EPE) esta semana señala que la bioelectricidad y los biocombustibles están contribuyendo a aumentar la renovabilidad de la matriz energética brasileña y a reducir la intensidad de carbono.
Según el relevamiento (.pdf), tanto la generación de energía eléctrica en plantas azucarenergéticas como la producción de etanol y biodiesel crecieron en 2023, lo que se tradujo en más de 85,62 millones de toneladas de CO2 evitadas por la bioenergía.
En el sector eléctrico, la bioelectricidad representó el 8,2% de la energía eléctrica generada en 2023. La mayor parte provino de plantas de etanol, convirtiéndose el bagazo de caña de azúcar en una fuente de generación.
Esta participación combinada con el mantenimiento de la generación hidroeléctrica y los aumentos de la generación eólica (+17,4%) y solar fotovoltaica (+68,1%) contribuyeron a que la oferta eléctrica del año fuera aún más renovable que en 2022, afirma la EPE.
Y contribuyó a desplazar la participación de las centrales térmicas de gas natural (-7,9%) y de derivados del petróleo (-19,4%).
Esto resultó en un factor de emisión promedio para el Sistema Interconectado Nacional (SIN) de 0,0385 tCO2/MWh, alrededor de un 10% menor que el valor registrado en 2022, además de ser el valor más bajo de los últimos 12 años.
“La energía generada por las plantas de azúcar y etanol en 2023, utilizada para autoconsumo y exportada a la red, contribuyó a evitar la emisión de 1,41 MtCO2, un 2,3% más que las emisiones evitadas en 2022 (1,37 MtCO2)”, señala EPE .
La mejora contrasta con el escenario general. Publicado en junio, el Balance Energético Nacional de EPE muestra que las emisiones totales asociadas a la matriz energética brasileña alcanzaron 428 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (Mt CO2-eq), un ligero aumento del 0,8% frente a las 424,3 Mt CO2-eq registradas en 2022.
Incluso con las incorporaciones de capacidad renovable, la previsión es un aumento en los próximos años, con las emisiones de CO2 asociadas a la matriz energética creciendo a un ritmo medio del 1,73% anual desde el año 200.
Fuente: epbr