En este proceso, el país ha establecido metas ambiciosas para aumentar la participación de estas fuentes en su matriz energética, y ha avanzado considerablemente en la construcción de parques eólicos y solares principalmente mediante el mercado privado (MATER). Esto no sólo contribuyó a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también ayudó a la creación empleo, al desarrollo de la industria local, pero por sobre todo en la balanza comercial reduciendo importaciones de combustibles para generar la misma energía.
A pesar de estos pilares que han servido para este desarrollo, Argentina tiene aún grandes desafíos en términos de financiamiento e infraestructura para continuar con la transición energética. La expansión de la infraestructura de transmisión y distribución de energía renovable son cruciales y ya no puede demorarse porque puede condicionar los objetivos para 2030 respecto a la descarbonización de las industrias exportadoras, que sin el acceso a la energía renovable podrá sufrir de medidas paraarancelarias que varias regiones económicas están adoptando para asegurar el compromiso compartido de reducción de emisiones globales
A pesar de tantos desafíos durante los últimos años, el país logró avances notables en la adopción de fuentes de energía más limpias, particularmente la eólica, con un compromiso sólido y un marco regulatorio que se mantuvo durante varios gobiernos. Pero debemos ser optimistas y redoblar nuestros esfuerzos para acelerar la transición energética, el país está en el camino correcto hacia un futuro energético más sostenible, con un alto potencial para liderar la transición hacia un mundo más limpio y verde.
Fuente: Nuevas Energías