Brasil está bien evolucionado en relación a su matriz eléctrica y eso significa que buena parte del difícil camino de la transición energética ya está recorrido. “La transición energética es un desafío global y para nosotros, por nuestra trayectoria en el campo de la energía, ya hemos avanzado mucho en este punto”, dijo el abogado Julio Bueno, este martes 17 de octubre, durante la X CAM -Congreso de Arbitraje CCBC.
Según el ejecutivo, cuando hablamos de impactos con la transición, tenemos cinco temas importantes, son: incentivos económicos y financieros, posición del gobierno, hitos geopolíticos, cambio regulatorio/social y descentralización energética. “Esto representa para nosotros los Estados preparados para prever este cambio de paradigma”, destacó.
También destacó durante el debate sobre la transición verde y el futuro del arbitraje energético que las diferencias y desafíos que existen en el arbitraje en general existen y seguirán existiendo, pero quizás por la transición energética y el nuevo volumen de disputas es algo que pueda satisfacer estas expectativas no sólo de las partes en relación a las disputas, sino también en relación a las fases y retornos comerciales.
Para la gerente ejecutiva de Legal y Seguridad de Mercado del CCEE, María Madalena Porangaba, Brasil en su relación con el mundo desde 2020, ya cuenta con una matriz energética, casi 50% renovable. “Nuestra matriz eléctrica ya es esencialmente renovable. Esto fue casi el 80% en 2020 y hemos mejorado desde entonces”, afirmó. El ejecutivo también afirmó que desde el punto de vista de la matriz eléctrica, se puede observar, según datos de la CCEE, que en 2023 Brasil alcanzó poco más del 94% de energía renovable. Y esto muestra el aumento de la participación de las fuentes renovables en la energía total generada por el SIN.
También llamó la atención que a diferencia del mundo que trabaja para tener una matriz eléctrica más limpia, aquí en Brasil la matriz eléctrica es renovable. “Y no tiene sentido que queramos perseguir el 100%, porque el mix energético es importante por una cuestión de seguridad sistémica”, explicó. El directivo de la CCEE también afirmó que en la matriz energética brasileña todavía predomina el petróleo.
También mencionó que podemos enfrentar desafíos cuando hablamos de absorción masiva de fuentes renovables y tenemos que reducir las emisiones de dióxido de carbono de fuentes no renovables. “Cuando miramos el primer desafío en las fuentes renovables, llegamos al tema de la viabilidad del almacenamiento, que son las famosas baterías porque la energía eléctrica, como todos saben, es un producto que se genera y se consume instantáneamente. Entonces siempre tenemos el desafío de abordar el tema del almacenamiento y cuando pensamos en almacenamiento tememos algunos desafíos relacionados con el precio, la vida útil y el descarte de las propias baterías, entonces necesitamos tener un desarrollo tecnológico que lo garantice en este ruta de transición”, puntualizó.
Ahora que pasamos a las fuentes no renovables, la captura de carbono es el primer tema que nos viene a la mente, especialmente en relación con las CCU, que son un conjunto de tecnologías para capturar CO2 en instalaciones industriales alimentadas por combustibles fósiles. María Madalena también afirmó que cuando se habla de reducción de carbono en fuentes no renovables, se trata del tema del hidrógeno. “No sé si todo el mundo lo sabe, pero el hidrógeno se puede extraer de diversas materias primas que generan energía eléctrica”, explicó. Aprovechó para decir que Brasil está por el hidrógeno como siempre lo ha estado Arabia Saudita por el petróleo, pero es necesario avanzar en políticas públicas, ya que esto es de hecho una gran ventaja competitiva para Brasil. Finalmente, la abogada internacional Natalie Reid destacó que la sociedad civil está cada vez más involucrada en esta transición verde. “Estamos ante un escenario diferente y mucho más desafiante.
Fuente: Canal Energía