El Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM) de la Unión Europea apunta a las importaciones de cemento, hierro y acero, aluminio, fertilizantes, electricidad e hidrógeno.
El Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono (CBAM) de la Unión Europea entró en vigor el domingo (1/10) para las importaciones de cemento, hierro y acero, aluminio, fertilizantes, electricidad e hidrógeno.

La política tiene como objetivo poner precio a las emisiones de los productos importados por los países miembros, pero esta primera fase, que se extenderá hasta finales de 2025, está a prueba.

Por ahora, los comerciantes sólo tendrán que informar las emisiones implícitas en sus importaciones sujetas al mecanismo sin pagar ningún ajuste financiero.

Comprender qué es el CBAM de la UE y qué impacto tendrá en Brasil Recién en 2026 el mecanismo entrará en plena vigencia, con potencial de generar una transformación en el mercado de hidrógeno, amoníaco y fertilizantes, según un análisis de Madera Mackenzie.

Uno de los planes de la UE, en la política climática REPowerEU, es llegar a 2030 produciendo 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable, e importando otros 10 millones de toneladas.

En la práctica, el CBAM creará un incentivo adicional al estimular las importaciones de hidrógeno de países donde la intensidad de carbono de la producción es menor.

Según WoodMac, a medida que estas medidas aumenten los costos del carbono, el hidrógeno gris procedente del gas natural –que actualmente representa el 99% de la demanda– perderá competitividad, mientras que alternativas como la electrólisis, la biomasa y la captura de carbono se volverán más interesantes económicamente.

"Los productores, tanto dentro como fuera de la UE, se verán obligados a buscar rutas con menores emisiones para la producción de hidrógeno", dicen los analistas.

H2 verde competitivo en Brasil

Una oportunidad para Brasil, que sólo está detrás de Estados Unidos y Australia en el ranking de países donde el hidrógeno por electrólisis será más competitivo en 2036, con un valor estimado en alrededor de 4 dólares/kg de H2.

La investigación también señala que Brasil no es competitivo en lo que respecta al hidrógeno azul y gris.

Aquí, la industria está presionando al gobierno para que adopte una política industrial que desarrolle la cadena del hidrógeno y aproveche el momento global.

Hay alrededor de 30.000 millones de dólares en proyectos de hidrógeno con bajas emisiones de carbono trazados por el gobierno de Brasil, que está diseñando un programa nacional, mientras en el Congreso comisiones especiales de la Cámara y el Senado y frentes parlamentarios discuten agendas sectoriales.

Mercado del amoníaco

Esta fuente de energía debe cruzar el océano y llegar a Europa en forma de amoniaco u otros combustibles a base de hidrógeno.

En el caso del amoníaco, los países líderes en la instalación de renovables con proyectos de gran envergadura destinados a la exportación suelen modificar los flujos comerciales, apunta WoodMac.

Cita los casos de Australia, Noruega y Oriente Medio, cuyos proyectos previstos para la década de 2030 deberían beneficiarse del CBAM.

"Los mercados como la UE, que apuntan a descarbonizar y dependen de las importaciones de amoníaco, eventualmente presionarán por un suministro interno bajo en carbono".

En el período de transición, sin embargo, gran parte de la demanda deberá ser abastecida por Estados Unidos, que tiene el hidrógeno más competitivo y cuya Ley de Reducción de la Inflación (IRA) pretende mantener la ventaja.

Azul H2 en EE.UU. y Australia

La crisis del precio del gas en Europa, alimentada por la guerra de Rusia con Ucrania, ha desafiado la economía de los proyectos de hidrógeno azul, pero para 2036, WoodMac espera que el hidrógeno de gas natural con captura de carbono (CCUS) sea la tecnología más competitiva en EE. UU. y Australia.

Ambos países tienen sus propias políticas de incentivos para la producción del llamado hidrógeno azul.

Además, considera que el coste del carbono creado por CBAM es inferior al del H2 fósil con CCUS, alrededor de 0,20 dólares EE.UU./kg, ya que la tecnología promete capturar más del 90% del CO2 emitido.

Y estima que el costo de la captura de carbono en las plantas de hidrógeno caerá a menos de 50 dólares por tonelada en la próxima década.

arriba Fuente: epbr