El gobierno de Chile ya inició las gestiones en la Secretaría de Energía para buscar avanzar en contratos de exportación de al menos dos años y a la vez poder revisar a la baja el precio del gas por redes que está importando a la Argentina, por entender que puede resultar aún más competitivo frente a su mix de abastecimiento con el Gas Natural Licuado (GNL). Fuentes oficiales informaron a Mejor Energía que ya se están realizando las primeras reuniones por el tema a pedido del Ministerio de Energía chileno que conduce Diego Pardow.
Los mismos voceros explicaron que ambos países tienen la vocación de poder “avanzar hacia contratos en firme de más largo plazo” que los estacionales que predominaron en los últimos años y de esa manera “Chile considera que se podrá revisar a la baja el precio del gas que se está exportando”, La referencia inicial es que en invierno las exportaciones de gas argentino fue a US$ 7,80 en boca de pozo, a lo que hay que sumar otros cargos hasta el punto de entrega, pero “piden una fórmula de precios que sea compatible con los contratos de GNL”.
El interés chileno se refleja por la posibilidad de lograr una mayor integración del gas argentino a su matriz, luego que los envíos desde Vaca Muerta durante el primer semestre representaron más de la mitad de las importaciones de gas que lleva realizadas Chile, es decir por sobre el GNL ingresado a través de sus dos terminales regasificadoras. En el vecino país se destaca la flexibilidad ganada con la llegada del gas argentino y se espera que en el futuro el shale de Vaca Muerta deje de ser un gas de tan corto plazo, y que pueda ser integrado de mejor manera en la programación anual de GNL.
Además de buscar la contractualización en firme por plazos a varios años, el interés chileno ahora es reducir el precio del gas argentino que en el invierno se operó a US$ 7,80 a boca de pozo, explicaron las fuentes. La premisa es hacerlo más competitivo que las importaciones de GNL que a pesar de la volatilidad de precios de los últimos 18 meses tuvo un impacto no tan fuerte en Chile que cuenta con contratos de largo plazo vigentes hasta 2026 y 2032. Esos contratos sobrevivieron a la crisis de 2022 y la economía chilena logró atenuar el impacto gracias a tasas de indexación que resultaron favorables en medio de la escalada del GNL que llegó a cotizar por sobre los 85 dólares.
El mercado chileno es considerado el primer objetivo para el shale gas de la Cuenca Neuquina, al que ya viene exportando desde 2021 para la Región de Biobío, a través de Gasoducto del Pacífico, pero fundamentalmente a través del ducto GasAndes, que lleva la producción de Vaca Muerta a la Región Metropolitana de Santiago en volúmenes promedio de 5,5 MMm3/d. Estos envíos desde hace más de un año se concretan de forma ininterrumpida, aún en momentos en que el pico de la demanda para la generación eléctrica podría requerir su discontinuidad.
Precisamente, para incrementar la capacidad de 10 MMm3/d que tiene ese ducto, la operadora Compañía General de Combustibles (CGC) tiene en análisis la posibilidad de desarrollar un proyecto para aumentar la compresión y sumar un 70% de capacidad.
De acuerdo con los datos publicados en el reporte anual del Grupo de Importadores de GNL (GIIGNL), el año pasado, Chile importó un total de 2,46 millones de toneladas de GNL, si bien superó a Brasil como el mayor importador de GNL de la región (América Latina y el Caribe) en 2022, el volumen importado registró una caída de un 21,7% con respecto al volumen importado por ese país en 2021.
En un reciente encuentro en Santiago, María Luz Tremoli, líder de Estrategia de Mercado de YPF, señaló tiene el gas argentino y el GNL tienen que ser productos complementarios, uno backup del otro y que el gas argentino ofrezca fortalezas al mercado. Maximizar las posibilidades de exportaciones, optimizar los gasoductos existentes, y sentar precedentes de suministro 365 de largo plazo, alineados a los tiempos de contractualización con el GNL. En este sentido, destacó que en cinco años se logró pasar de exportaciones cero hacia Chile a 11,5 MMm3 en verano, con capacidad de llegar en breve a unos 15 MMm3.
Al respecto, el vicepresidente comercial de CGC, Emilio Nadra, consideró que a diferencia de años atrás es necesario “pasar a una visión de abundancia de recursos, y en la virtuosidad del desarrollo de los mercados bajar los costos promedios”.
En ese sentido destacó que desde 2018 hubo una evolución hacia contratos de mejor calidad que comenzó con algunos saldos exportables y que se fortaleció con el Plan gas que permitió contratos estacionales firmes. “Ahora hay que ser capaces de construir acuerdos contractuales con productos competitivos, flexibles y permitir que acompañen la cada vez mayor intermitencia y desafíos que le plantea la irrupción de las renovables, con el respaldo de nuevos instrumentos normativos”.
Fuente: Mejor Informado