La distribución de combustibles en el país necesita inversiones de R$ 118,5 mil millones hasta 2035 para atender el crecimiento de la demanda de derivados, según encuesta del Instituto Brasileño de Petróleo y Gas Natural (IBP) en sociedad con la consultora Leggio. Las proyecciones de oferta y demanda de diésel, gasolina y etanol siguen la tendencia económica del país,
según un estudio que probó cómo debería evolucionar el escenario si no se cuenta con este monto de inversión. La obra será presentada este jueves (10) en Rio Pipeline, evento de la industria energética promovido por IBP.

"Sugerimos este valor de inversión desde el punto de vista del crecimiento de la demanda y mirando todos los combustibles", dice Marcus D´Elia, socio de Leggio. “Queremos entender dónde van a existir cuellos de botella y, a partir de ahí, ensayar la expansión de la infraestructura nacional. Observamos un aumento de la red de oleoductos, creación de vías férreas y ampliación de las existentes, además de nuevos puertos y la creación de más capacidad en las terminales existentes”.

De los R$ 118,5 mil millones de inversiones previstas, R$ 9,47 mil millones serían utilizados para mover líquidos en el país. El valor vendría de fuentes privadas y públicas, a través de líneas de crédito, dice D´Elia. La estructura ferroviaria, que es una inversión multisectorial, representa R$ 109 mil millones del total y mejoraría la logística para otros productos. “Los ferrocarriles muchas veces tienen inversiones públicas y privadas. Los puertos suelen estar hechos por inversionistas privados, mientras que los oleoductos pueden recibir recursos tanto [públicos como privados]. Estas inversiones son conocidas y muchas de ellas ya están en los planes de infraestructura del gobierno”, dice D´Elia.

Valéria Lima, directora de downstream (refinación y distribución) del IBP, menciona la importancia de mapear las inversiones: "Aunque el gobierno decida no invertir, necesitamos un programa de concesión y condiciones para invertir. Hay interesados".

La inversión en infraestructura de alto volumen reduce el costo total de suministro, concluye la encuesta. Entre las propuestas está la ampliación de la vía férrea Rumo Malha Norte, que permitiría que los productos de la refinería de Paulínia (SP) lleguen al Medio Oeste a precios competitivos, ingresando a Mato Grosso y compitiendo con la cadena de Pará. São Francisco do Sul (SC) y Araucária (PR), que utilizaría la misma gama que la ya existente Ospar, de Transpetro, que recibe petróleo de los barcos y lo envía a la refinería de Paraná. La propuesta es de un oleoducto más grande que el actual y que también mueva derivados, no solo petróleo.

La descarbonización sería uno de los resultados de las inversiones sugeridas por la encuesta. El estudio señala que sería posible reducir un 17% las emisiones de gases de efecto invernadero generadas desde la cadena de suministro y con una reducción de costes. La reducción de emisiones sería posible gracias a los oleoductos, que reducirían la dependencia de vías férreas y carreteras.

“La transición energética va más allá del cambio de combustibles. Hay lugares [donde el transporte] se hace por caminos de terracería. Hay una necesidad de más inversión”, dice Lima.

Fuente: Valor Econômico