Entre 2018 y 2019, el complejo petroquímico perdió $us 34,4 millones. Durante el Gobierno de Jeanine Áñez las pérdidas llegaron a $us 291,9 millones, según YPFB Corporación. La reactivación costará $us 53,14 millones
Antes de la llegada al poder del Gobierno de transición (2019-2020) la planta de Amoniaco y Urea de Bulo Bulo ya arrastraba problemas. Los hechos, demuestran que, más allá de la cuestionada administración de Jeanine Áñez, el complejo petroquímico pasó por dificultades operativas, que generaron pérdidas económicas e incluso problemas ambientales.

Justamente estas dificultades fueron usadas por la presidencia de Áñez para paralizar el proyecto en noviembre de 2019, al considerar que arrojaba pérdidas.

Pero, tras el cambio de Gobierno, la administración de Luis Arce ordenó a la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) realizar un informe sobre los efectos generados por la paralización de casi un año.

El resultado, una pérdida de $us 291,19 millones. El monto está relacionado al lucro cesante, los costos de paralización, reparación de equipos, entre otros problemas detectados en este estudio.

Paros

Si bien expertos consultados por EL DEBER indicaron que el Gobierno de transición realizó una pésima gestión del complejo, culparlo de todo “lo malo” sería faltar a la verdad y buscaría ocultar los problemas anteriores.

Inaugurado en septiembre de 2017, con una inversión de $us 953 millones el proyecto fue la punta de lanza del plan industrialización del gas del gobierno del expresidente Evo Morales. Enclavado en Bulo Bulo, Chapare, uno de los bastiones políticos del exjefe de Estado, su apertura fue pomposa.

Fuente El Deber

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