“El plan de lucha contra el contrabando carece de personal, equipamiento y mayores puntos de control en la frontera”. Así, el secretario de Relaciones de Conamype Bolivia, Juan Carlos Vargas, reparó en la actual política que ejerce la administración pública en la protección del mercado, la producción nacional y el empleo.
El dirigente afirmó que el impacto del comercio ilegal de productos de contrabando es considerable en términos cuantitativos, que se reflejan en el deterioro económico y productivo de las industrias que transforman la materia prima en productos acabados. Los sectores más afectados son el textil y de confecciones, cuero y marroquinería, madera, joyería y alimentos.
En opinión del gerente administrativo de la Fábrica de Mermeladas y Caramelos Watt’s Casal SRL, Juan Antonio Casal, el contrabando ocasiona competencia desleal con la producción nacional y genera más mercados informales que desfavorecen a las actividades legalmente establecidas. Afirmó que más del 30% de las golosinas consumidas en el país ingresan de contrabando y un 30% de manera legal, pero subvalorada para pagar menos impuestos de lo debido.
Agrega que esto impacta directamente en el precio y la variedad de productos comercializados deprimiendo los márgenes de utilidad y desincentivando la inversión para aumentar la capacidad productiva. “A menor ganancia y menores incentivos para ampliar la producción se pierde la posibilidad de generar más fuentes laborales. Con una menor oferta nacional, se fugan nuestras preciadas divisas en compras no esenciales como son las golosinas”, precisó Casal.
Fuente El Deber
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