Públicamente se ha sugerido vender gas de Vaca Muerta transportarlo por ductos argentinos y bolivianos hasta Brasil.
Este sistema propuesto requeriría invertir el flujo de gasoductos argentinos para conectar con el sistema boliviano que está funcionando a baja capacidad y conectar con el sistema brasileño de gasoductos en Cuiaba o Sao Paulo.

Es el sistema clásico de venta internacional de gas del país A (productor) a través del país B (transportador) al país C (mercado). Este sistema es muy popular en Europa, que es un mercado maduro. Lamentablemente, el mercadeo del gas en esta parte del mundo no goza de esa madurez. Todo proyecto internacional requiere la existencia real de reservas para atender los mercados, la bendición de la gran política de los países involucrados, el visto bueno de la política (p), el apoyo de las empresas estatales de energía y, finalmente, que los precios del gas mercadeado cubran los costos de producción y transporte, dejando un margen de utilidad para los países A y B.

Podríamos citar algunos ejemplos. El más antiguo (1972) fue propuesto por Gas del Estado de la Argentina, que compraría gas boliviano para transportarlo por territorio argentino al Brasil. El proyecto no prosperó por diferencias geopolíticas (P).

El gran gasoducto de Venezuela, propuesto por el expresidente Chávez para abastecer el mercado de Brasil, los del Río de la Plata, Paraguay y Uruguay, Argentina, Chile y finalmente Perú, no pudo demostrar la existencia de reservas suficientes para abastecer adecuadamente los mercados de los países citados.

Posteriormente al ofrecimiento de Chávez, se planteo por Perú el abastecer con gas de Camisea su mercado, Chile y Argentina. Bolivia quedaba convertida a un sistema de gas de emergencia para cubrir déficits. Al igual que el gran gasoducto venezolano, no se pudo demostrar la existencia de gas necesario.

Fuente Página Siete

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