la Administración Federal tiene pendiente evaluar el siguiente año las condiciones para seguir por el camino legado por los reformadores del peñismo.
Este camino implicaría anunciar rondas petroleras, conceder a Pemex los (muy oportunos) farmouts; y por el lado eléctrico, el camino trazado hace siete años por Peña, Videgaray y compañía, a petición de las empresas privadas globales, conlleva la celebración de subastas de corto, mediano y largo plazos en el (aún vigente) Mercado Eléctrico Mayorista, sin mencionar que cabría la posibilidad de anunciar, incluso, la construcción de líneas de transmisión, que vendrían a ser un primer paso para la modernización del transporte de energía, y que tanto se necesita en el país.
Esta vía no requiere modificaciones, solo cumplir la ley vigente y sería un guiño de tregua para los poderes económicos que empujan, principalmente desde Estados Unidos y España, un libre mercado donde sus jugadores puedan moverse al son de las ganancias.
Sin embargo, el otro camino es sinuoso, pero claro y rentable en términos políticos para un gobierno que ha cimentado su estrategia energética sobre una promesa de soberanía: darle la vuelta a los cambios legales que emanaron de la reforma de 2013 a través de una (rentable en las urnas) contrarreforma energética, en un año de elecciones cruciales para la permanencia en el poder del partido del presidente.
Seguir este camino será congruente y necesario para evitar la violación sistemática del marco legal vigente, lo cual debilita el Estado de Derecho; sin embargo, tendrá consecuencias, primeramente con el próximo gobierno de Biden en el vecino del norte, pues su agenda es totalmente contraria a la de López Obrador. Se anticipan roces que nadie quiere y a nadie benefician.
De tomar este camino, también deberá venir acompañado de un plan robusto y realista que resuelva grandes preguntas sobre cómo se resolverán las necesidades de inversión en el tiempo, pues con el modelo actual sería simplemente insostenible. Las empresas productivas del Estado, principalmente Pemex, requieren oxígeno. Algo debe cambiar.
En fin, según sabemos, el gobierno de la #4T aún no se decanta por alguna de las dos opciones y analiza todos los escenarios, incluso una tercera vía en la que pondrían sobre la mesa una serie de cambios menores que se publicitarían como la gran contrarreforma que arrancaría de tajo los pilares del aborrecido neoliberalismo. Pero todo a su tiempo. Atentos.
Mesas de negocios
Después de haber tenido que posponer la realización de la segunda edición de la Expo Oil and Gas México 2020, prospectada en marzo del presente año, a causa de la pandemia, finalmente Oil and Gas Alliance anuncia que se llevará a cabo del 24 al 26 de agosto del 2021 en el Centro de Convenciones Tabasco 2000, en Villahermosa.
Ahí, se llevarán a cabo mesas de negocios para enlazar a proveedores nacionales con los grandes proyectos del Gobierno federal: la Refinería en Dos Bocas, los campos petroleros prioritarios, contratos emanados de las subastas petroleras, entre otros. Esperemos que 2021 sea un año de hacer negocios.
Atzayaelh Torres
Fuente: El Financiero