El capítulo chileno del Consejo Mundial de la Energía (WEC Chile) presentó el estudio “Energía a Prueba de Futuro”, que analiza cómo las organizaciones del sector reaccionaron frente a la pandemia de Covid-19,
identificando acciones de alta efectividad para responder a la emergencia y mantener la continuidad operacional.

La investigación fue diseñada por Yuken Impact Research Lab, siendo el resultado de seis meses, lo que incluyó entrevistas y mesas de trabajo con 34 representantes de las organizaciones miembros de WEC Chile.

El documento fue entregado al ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, por parte de la directora ejecutiva de WEC Chile, María Trinidad Castro, junto a Constanza Pizarro y Peter Hatton, vicepresidenta y presidente del organismo, respectivamente.

El informe señala la necesidad de identificar y sintetizar distintas iniciativas para responder a la emergencia y mantener la continuidad operacional de manera efectiva, sintetizar los comportamientos que mostraron ser fortalezas para inhibir el efecto negativo de la crisis, levantar las áreas de desafío más relevantes y proponer oportunidades y micro desafíos que se deberían considerar y resolver.

Factores

Carlos Osorio, cofundador y socio de Yuken, explicó que dentro de los hallazgos del estudio, existen cuatro factores comunes a la energía como sector que han permitido atenuar el impacto del Covid-19 en un grupo importante de organizaciones, los cuales tienen que ver con generar acciones de respuesta a la emergencia consistentes con los valores y propósitos de las organizaciones, pero sin comprometer sus decisiones de largo plazo, además de planificar proyectos, generar dinámicas de trabajo, y el desempeño en ambientes volátiles, inciertos, complejos y ambiguos.

Además, se establece que a través de los años la frecuencia y duración de fallas ha disminuido, siendo esto resultado de la experimentación constante y los altos niveles de capital social y empatía al interior de estas entidades disminuyeron el impacto de la crisis.

Dificultades

El estudio se origina con el objetivo de aprender cómo las organizaciones del sector reaccionaron a la pandemia e identificar las prácticas más y menos efectivas para responder a la urgencia y mantener la continuidad operacional, donde el documento establece que el 30% de las organizaciones pudieron asegurar continuidad operacional.

Respecto a generar condiciones sanitarias adaptando métodos de trabajo y evitar contagios, un 76% de las empresas reaccionó de manera simultánea a la emergencia, garantizando la seguridad de sus colaboradores y la continuidad operacional.

También se indica que la crisis dejó en evidencia una serie de problemas comunes en más del 60% de las organizaciones, aunque también se plantearon desafíos compartidos para 90% de las compañías del sector, dentro de los cuales se encuentran efectos financieros (medición y valorización de consumo, disminución de demanda, e impacto en resultados), la inestabilidad regulatoria, la delincuencia y la seguridad digital.

Además, se encuentra la dificultad para mantener la motivación y disminuir el riesgo de burnout de los colaboradores en un contexto de disminución de interacción social, limitaciones de disponibilidad de competencias del talento local, y dificultades del contexto actual y sus efectos para la ejecución de proyectos.

Eso sí, el estudio sostiene que “muchas de las variables identificadas consideran problemas y desafíos comunes al sector por mucho tiempo. Sin embargo, el análisis de relaciones entre las variables emergentes dejó en evidencia algunas de ellas que, siendo menos conocidas y comunes, presentan un efecto sistémico importante que se puede aprovechar para fortalecer el sistema energético de Chile”.

Fuente: EI