En algunas agencias de noticias y medios de comunicación se ha hecho recurrente el empleo de fuentes anónimas para construir informaciones tendentes a crear en la opinión pública la percepción de que el Departamento del Tesoro de EEUU revocará las operaciones en Venezuela de la empresa petrolera estadounidense Chevron Corp.
El 08 de febrero de 2020, la agencia Bloomberg informó que el gobierno de Estados Unidos está listo para aplicar las sanciones a PDVSA en toda su magnitud, lo que significa que no es probable que se renueve la licencia de operación de Chevron Corp en Venezuela.

“Si bien no se ha tomado una decisión, es cada vez más improbable que Estados Unidos extienda nuevamente a Chevron una exención para acceder a las reservas de crudo de Venezuela, señalaron fuentes familiarizadas con el tema”.

Pocos días después, el 6 de marzo de 2020, la agencia Reuters notificó: “El gobierno de Estados Unidos se está preparando para imponer nuevas medidas la próxima semana con las que busca minimizar la comercialización de petróleo venezolano, incluida la no renovación de una licencia que le ha permitido a Chevron Corp mantener relaciones de negocios con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), dijeron fuentes familiarizadas con el asunto”

Hay más. Basta escribir Chevron Venezuela en algún buscador de la web para hallar notas similares.

El uso de fuentes anónimas se inscribe dentro del ejercicio ético y profesional del periodismo, siempre con el alerta y la primaria prerrogativa de salvaguardar la veracidad informativa, pues tal como lo plantea el Manual de Estilo del diario español El Pais: “La atribución de la noticia a una fuente o fuentes no exime al periodista (NR: Agencias y medios) de la responsabilidad de haberla escrito”.

Desde este enfoque, nos hallamos frente a la responsabilidad atribuible a agencias y medios por haber difundido lo que en Teoría de Información Periodística se denomina “Noticia del hecho no acontecido”, categoría que somete a la agencia y medio al riesgo de derribar el valor fundamental sobre el cual se edifica la comunicación: la credibilidad. A Chevron le fue extendida la licencia para operar en Venezuela hasta 03 de junio de 2021, cuando cumplirá 100 años en el país.

Otra conjetura surge al aplicar la tesis citada por el catedrático español Lorenzo Gomis, basada en la investigación realizada por Bybee, Wearden, Straughan, sobre fuentes noticiosas de las portadas de El País, New York Times, Washington Post y cuatro diarios de Carolina del norte, durante 1979 y 1980. El estudio concluye “que la fuente fundamental de las noticias son los interesados en que algunos hechos se conozcan, bien por una comunicación directa de noticias, bien por una programación habitual de actividades”.

La apreciación puede llevarnos a deducir que son las “fuentes familiarizadas” de estas agencias las que le marcan pauta noticiosa y están interesadas en fijar en la opinión pública una presunta animadversión hacia Venezuela, mediante un supuesto interés del Departamento del Tesoro de EEUU por revocar definitivamente las operaciones de Chevron Corp.

Otro aspecto de las notas es la posible deducir a partir de los postulados de El País, La Nación y The Washington Post. Estos medios señalan que si no es posible identificar la fuente, los redactores deben buscar la información en otra parte o por otras vías que sí puedan ser registradas; de lo contrario, como afirma el diario español, “esa confidencialidad supondría una censura externa para una información que está al alcance del periodista”.

En nuestro caso, si las agencias usan el plural en “fuentes familiarizadas”, significa que la información sobre la inminente revocatoria de operaciones ha sido corroborada mediante la consulta a varias fuentes. No obstante, al no haber sido suspendida, la realidad da para plantear la hipótesis de que tales fuentes tenían a su vez fuentes erradas, o actúan en contubernio.

Werther Sandoval 

Fuente: Últimas Noticias