Alrededor de 3300 estaciones de servicio están en situación de riesgo de subsistencia, lo que pone en peligro 40.000 puestos de trabajo.
Las estaciones de servicio, uno de los sectores golpeados por la caída en la movilidad, están en alerta ante la decisión del Gobierno de restringir los sectores beneficiarios del ATP, el programa estatal que ayuda con el pago de la mitad de los salarios. Según advierten en el sector, hoy hay 3300 estaciones de servicio en situación de riesgo de subsistencia, lo que pone en peligro 40.000 puestos de trabajo.
«La verdad es desesperante, estamos golpeando todas las puertas porque ser excluidos del ATP puede significar para muchas estaciones bajar las persianas. Sería muy triste que hayamos pasado la mayor parte de la pandemia para ahogarnos a esta altura, que dicen que falta menos para que se empiece a vacunar«, sostuvo Gabriel Bornoroni, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha).
Los últimos datos del sector reflejan que el consumo de naftas y gasoil se amesetó en los últimos cinco meses en un nivel que es 25% menor a la demanda que había en febrero pasado, previo a la pandemia. Esto genera que el 67% del las 5015 bocas de expendio esté trabajando a pérdida, con alto riesgo de cierre, según indicaron.
«Fuimos declarados servicio esencial, le pusimos el pecho, hemos sacado préstamos créditos y vendido las joyas de la abuela y ya no tenemos resto. Hoy no podemos garantizar que lleguen todas las estaciones abiertas a 2021«, agregó Bornoroni.
Vicente Impieri, presidente de la Federación de Empresarios de Combustible (Fecra), por su parte, indicó: «Estamos estancados en un 70% de los niveles de venta prepandemia. Hay estaciones muy comprometidas y en este sentido, quedar afuera de la ayuda estatal de octubre nos perjudica mucho. Es incongruente que las refinadoras estén contempladas en el programa porque producen menos y nosotros que vendemos el producto final no».
El 67% de las estaciones de servicio trabaja a pérdida, con alto riesgo de cierre. Según señalaron, en mayo, cuando comenzó a implementarse el ATP, el 83% de las estaciones de servicio accedió al programa, mientras que ese número cayó al 65% el mes pasado, siendo todavía la mayor parte de las bocas de expendio que recibían ayuda del Estado. A partir de este mes, ya ninguna de estación de servicio podrá entrar al ATP, ya que solo quedó habilitado para los sectores de turismo, gastronomía, transporte, cultura y salud, según la nueva normativa de Jefatura de Gabinete.
En septiembre (último dato disponible), se vendieron 488.985 metros cúbicos (m3) de naftas, un 33% por debajo de los 729.083 que se vendían en febrero. En gasoil, la situación es un poco mejor producto del impulso de la actividad agropecuaria: se vendieron 660.951 m3, un 14% por debajo de los 769.232 vendidos antes de la pandemia.
En el sector hablan ya de una «nueva normalidad», con un mercado un 25% más reducido. «La perspectiva de continuar endeudándose, en una situación que ya no se perfila como transitoria, sino más bien como permanente, ya no resulta viable», dijeron.
Según un informe que elaboró Cecha junto a la consultora Economic Trends, una estación necesita vender 292.000 litros de combustible al mes para poder alcanzar el «punto crítico», el umbral con el que llegan a pagar los costos operativos. De ahí sale el número de que el 67,1% de las estaciones del país no lo supera. «Trabajan directamente a pérdida«, indican.
El informe arroja también que hay un 18% de estaciones que supera el «punto crítico», pero no alcanzan el «punto de equilibrio», el que les permite generar un margen de ganancias para cubrir las amortizaciones y el costo de capital invertido. «Esta situación no se puede sostener de manera indefinida y corren riesgo en el mediano plazo«, concluyeron.
Fuente: La Nación