Que el consumo mundial de gasolina se estanca al mismo tiempo que la energía eléctrica solar se convierte en la más barata y no solamente por la pandemia del Covid-19.
Las energías renovables van a superar al carbón en esta década como el combustible favorito del mundo para generar electricidad, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), escribieron esta semana Will Mathis y Jeremy Hodges, de Bloomberg Green.
Hicieron referencia al documento anual de previsiones que divulga la citada institución, cuyo texto resaltó que en la mayoría de las naciones la energía solar es ahora más barata que la proveniente del carbón y el gas natural.
Revisen su caso. Tal vez por menos de 100 mil pesos puedan olvidarse de pagar electricidad en casa. Los paneles bajaron 75 por ciento su precio en 10 años.
Esos precios más baratos, junto con los esfuerzos de algunos gobiernos para reducir las emisiones que dañan el clima, eliminarán cada vez más el carbón de la red eléctrica y darán a las energías renovables 80 por ciento del mercado para la nueva generación de energía para 2030, dice la AIE.
Eso debe ocurrir durante los próximos 10 años, pero es posible ver resultados de esta década que ya vivieron. Las emisiones de carbón de Estados Unidos caerán este año alrededor de 10 por ciento como resultado del desplome en el consumo de todos los combustibles fósiles, advirtió también esta semana la Agencia de Información Energética de Estados Unidos (EIA, en inglés).
Piensen que México es parte de esa caída. Las importaciones de gasolina provenientes de ese país bajan cada mes desde febrero.
Pemex, a cargo de Octavio Romero, vende hoy sólo tres cuartas partes de la gasolina que vendía el año pasado y la producción nacional del combustible también se reduce aparentemente sin remedio, de acuerdo con datos oficiales.
La razón está en su casa. Piensen en cuantas fiestas de Halloween y reuniones del Día de Muertos tendrán este año y comparen eso con cuánto se movieron el año pasado.
El coche poco a poco muta a mueble doméstico. La EIA del gobierno estadounidense aclaró en sus previsiones para el final de este 2020 que la caída de emisiones de este año no se limita a la baja actividad por la pandemia. El año pasado también bajaron y esto ocurrió durante todo el lustro pasado, con excepción de 2018. La misma agencia estima que las emisiones podrían subir el año entrante cuando la economía se reactive, pero el país vecino no regresará a la situación de 2019.
Es urgente que acá la Secretaría de Hacienda revise el asunto. Este año Pemex ha entregado a cada mexicano 20 centavos menos de cada peso que le dio en 2019. Un 20 por ciento cayeron los ingresos petroleros del gobierno provenientes de esa empresa contados hasta agosto.
Tanto Pemex como la CFE, que dirige Manuel Bartlett, entregan en sus reportes financieros resultados netos en pérdida a los mexicanos y las emisiones de metano de los pozos de la petrolera siguen aumentando. Las de carbono, que es un poco menos dañino que el metano, no son cuantificadas.
El conocido economista Jeffrey Sachs sugirió recientemente que el gobierno mexicano podría generar crecimiento económico sustituyendo la visión de un Pemex por la de un 'Solarmex' que aproveche la radiación que recibe el país para exportar electricidad.
La mesa para el éxito de una estrategia sofisticada en la materia parece puesta. Los desiertos del noroeste de México podrían generar electricidad limpia para vender a un estado de California que no sólo la demanda con urgencia, sino que además enfrenta una de las más grandes catástrofes ecológicas del mundo por los incendios motivados en parte por el calentamiento global. Lo único que falta es voluntad, pues seguramente habría capital para un proyecto en el que también gane el gobierno.
Ahí hay gente que sabe bien del asunto, incluido el mismo Bartlett, quien hasta 2018 parecía interesado en proyectos de energía fotovoltaica.
Fuente: Pv Magazine