El consorcio brasileño-mexicano explicó que cualquiera de las dos partes que no cumpla lo establecido en 2010 deberá pagar penalizaciones.
Y es que el contrato de suministro entre Pemex y Braskem-Idesa lo rige un modelo “take or pay”/”deliver or pay”, típico en suministros de largo plazo asociados a inversiones de infraestructura, como pueden ser, ductos, plantas petroquímicas o plantas termoeléctricas, detalló la firma.
Braskem Idesa se obligó a comprar cierta cantidad de gas etano a Pemex y Pemex se comprometió a hacer el suministro de este. Si cualquiera de las partes dejare de cumplir con su parte del acuerdo en la proporción acordada, debería pagar sumas o penalidades a la otra.
“Dicho de otra forma, para Braskem Idesa el esquema es “take or pay”/recibe o paga, y para Pemex es “deliver or pay”/entrega o paga”, afirmó la petroquímica en una carta a El Economista.
Al invitar a los participantes del proceso, Pemex presentó y se comprometió con proyecciones de disponibilidad de etano que atenderían las necesidades de sus complejos petroquímicos y del nuevo proyecto a ser implementado y se comprometió contractualmente a suministrar esa materia prima por 20 años después del arranque previsto para el 2015. Ese compromiso es el fundamento de cualquier inversión en un complejo petroquímico. Sin garantías de materias primas, no se hace una inversión petroquímica, explicaron.
“Las “multas o penalizaciones” que hacen parte del contrato (daños recuperables) son una más de las cláusulas contractuales. Son ordinarias en cualquier tipo de contratos para cuantificar compensaciones a pagar en el caso de que una parte no cumpla con sus obligaciones de falta de suministro”, aseveró la firma.
Respecto al precio contratado para el etano, que todavía es información reservada del gobierno por involucrar a un particular, Braskem-Idesa aseguró que dicha fórmula de precio no tiene preferencia o ventaja, ya que fue utilizada y propuesta por Pemex y es típica en contratos a largo plazo de materias primas y coherente con los precios practicados por Pemex en los 16 años anteriores a la subasta.
“Esta fórmula de precio fue aprobada por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y es la misma que se aplicó entre subsidiarias de Pemex y también a otras empresas privadas (ejemplo, el precio de Pemex TRI para PMV-Petroquímica Mexicana de Vinilos-empresa privada, Braskem Idesa o Pemex Etileno), y fue aplicada a esos otros clientes por un año antes mismo del inicio de operación de Braskem-Idesa lo que puede ser verificado en los informes de la ASF”, aseveró la empresa.
Baja producción de etano
Paralelamente, Pemex reportó en el primer semestre del año su producción más baja de gas etano desde que tiene registros: de 75,890 barriles por día, volumen que es 28% inferior al que tenía cuando comenzó la operación de la planta Etileno XXI en Veracruz, en el 2016, para cuya apertura Pemex se comprometió a vender 66,000 barriles diarios de este gas al consorcio Braskem Idesa.
Así, en lo que va del año 87% de la producción de este gas de Pemex ha estado comprometida para este contrato que la actual administración pretende revocar al ser considerado “leonino” por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El etano es un gas contenido en el gas natural de los yacimientos petroleros, que Pemex comercializa porque mediante procesos térmicos se vuelve un elemento sólido y se separa en productos como el etileno que se fabrica en la planta de Nanchital, Veracruz, construida y operada luego de que en 2010 se llevó a cabo una licitación que ganó el consorcio formado por la brasileña Braskem y la mexicana Idesa, para una capacidad de un millón de toneladas anuales de polietilenos precursores de plásticos.
Cuando en la administración de Felipe Calderón Georgina Kessel era secretaria de Energía e impulsó la licitación para este proyecto, Pemex produjo 121,694 barriles diarios de etano en el promedio de la primera mitad del año, un volumen 60% mayor a los 75,890 barriles por día del mismo periodo de este año.
Desde entonces, según la Base de Datos Institucional de la petrolera, la producción de etano ha disminuido en un promedio de 4.3% anual y entre el 2019 y este año la caída fue de 1.5%, pero en los últimos dos años la reducción fue de 16.3% en 2019 y de 18.7% en 2018, en comparación con los años anteriores, gracias a una menor producción de gas natural de Pemex.
Por la reducción en la producción de Pemex, Braskem Idesa comenzó a importar etano por propia cuenta, como revelaron sus directivos desde finales del año pasado. Hasta el mes de abril de este año, la importación que realizó la empresa alcanzó un promedio de 2,000 barriles diarios, que son sólo el 3% del suministro de materia prima que contrató con Pemex.
Fuente: El Economista - México