El número pone en perspectiva los efectos de un año de caída libre en el principal proyecto energético de la Argentina: Vaca Muerta y sus enormes recursos de gas y petróleo, hoy entrampados en el atolladero macroeconómico y de decisiones políticas del sector energético.
Según los datos oficiales del gobierno provincial, los ocho equipos perforadores se distribuyen por empresa de la siguiente manera: Shell tiene dos en actividad, PAE otros dos, otro ExxonMobil, y Vista Oil & Gas, Total y Chevron completan la lista con uno en cada caso. En Neuquén la baja en la cantidad de equipos tuvo un efecto tobogán desde agosto pasado del año pasado.
En enero 2019, había en las áreas provinciales 45 perforadores. Por ese entonces las empresas hacían números para aumentar su producción de petróleo, con el objetivo de salir a buscar mercados en el exterior de manera programada.
Pero siete meses después, en agosto del año, habrá un punto de inflexión: el decreto 566 del gobierno de Mauricio Macri le puso un techo a la cotización interna del Brent, el petróleo de referencia para el país, y las petroleras frenaron el proceso de inversiones que se registró hasta ese momento. En noviembre del 2019 el daño era más claro, con un piso de 36 equipos para ese año en toda la provincia.
La llegada de la pandemia desde marzo, con una baja en la demanda de combustibles y su efecto en la producción de crudo, sumado a la crisis mundial previa por las cuotas de mercado de grandes potencias productoras, dejó un verdadero tendal de equipos en el camino en todo el país.
En total, en la entrada a marzo había en Argentina 63 perforadores. Desde entonces, la situación fue cruenta: una salida constante de perforadores hasta llegar a los 12 de hoy, ocho de los cuales están en Neuquén, como se menciona más arriba.
El coronavirus y el impacto en la demanda de combustibles, y la situación macroeconómica argentina, con la extensión de la negociación con acreedores privados, fueron dos de los principales motivos para el freno durante el 2020.
Con una producción de naftas con bajas de entre el 50 y el 35%, el sector petrolero comenzó a padecer como nunca el contexto.
En Neuquén, los datos de la producción petrolera son elocuentes: en marzo había alcanzado su mayor producción en una década, con 170 mil barriles diarios en promedio. En Junio eran 130 mil barriles diarios, gracias a la apertura de exportaciones de un grupo de empresas, para llegar a los 155 mil barriles el mes pasado, también por el mismo motivo.
El nivel de actividad, la mayor cantidad de perforadores y de barriles producidos quedarán atados a las condiciones de la cuarentena en buena parte del país: al margen de los vehículos que siguen sin circular está el parque aerocomercial paralizado en buena medida.
La otra apuesta pasa por la producción de gas. El gobierno nacional, las empresas productoras y las provincias con hidrocarburos siguen negociando un programa estímulo a la producción, el Plan Gas 4.
El país necesita salir del letargo en los campos gasíferos, ya que el proceso de declinación (la menor cantidad de volúmenes extraídos) hace necesario más pozos para compensar esa baja. La otra opción sería comprar gas en el exterior, con el consiguiente efecto en la economía. El plan podría impulsar inversiones en este sector y que algunos equipos vuelvan a perforar.
Fuente: La Mañana de Neuquén - Argentina