Ecuador tiene tres refinerías: Esmeraldas, con capacidad para refinar 110.000 barriles diarios de petróleo, La Libertad, con una capacidad de 45.000 y Amazonas (Shushufindi) con 20.000 barriles diarios.
¿Qué piensa hacer el Gobierno con las refinerías, se ha hablado de cerrar alguna, de concesionar Esmeraldas, cuál es el plan?
Esmeraldas se está alimentado con un crudo que tiene una calidad inferior para el que fue diseñada la refinería, que se construyó originalmente para petróleo liviano de calidad 28,30 grados API y está refinando crudo de hasta 25 grados API. Si Esmeraldas refina petróleo de 28,30 grados producirá un 75% de derivados blancos, pero como le van cargando petróleo de menor calidad ha empezado a arrojar más producto negro. Actualmente, su producción es 48% de producto negro y 52% de producto blanco. Es decir, tiene un negocio malo. Los productos refinados blancos, como las gasolinas, tienen mayor valor que el petróleo en el mercado. Los productos negros, como el fuel oil y el búnker, tienen un valor inferior al del crudo de exportación. Ya no hay crudo liviano para meter en la planta y los nuevos descubrimientos de yacimientos de petróleo en Ecuador son casi todos de crudos pesados. Esto pasa en muchos países del mundo y en Estados Unidos los refinadores optaron por instalar alta conversión, que básicamente consiste en colocar catalizadores.
¿Cuál es el problema de fondo de estas refinerías?
Que no producen los tipos de combustibles que se consumen internamente, entonces se planteó la idea de hacer una reingeniería, una repotenciación de la refinería de Esmeraldas en el Gobierno pasado y esto desembocó en el peor escándalo de Petroecuador. Se gastaron de USD 2.210 millones y no se hizo lo que se debía hacer, se corrompió el proceso. La refinería quedó con partes, piezas y parches, pero no sucedió la idea de llevarla a ser una planta de alta conversión, no había catalizadores, los intercambiadores de calor estaban viejos, no fueron reemplazados, en fin.
Usted le ve futuro a Esmeraldas, pero concesionada
Totalmente. Ya han venido compañías internacionales a tocarnos la puerta. Ya tenemos interesados de clase A. Esperamos tener para este mes la licitación lista, no será un proceso a dedo, es una licitación.
¿Cuánto dinero hay que poner en Esmeraldas para que funcione bien?
Entre USD 2.000 y USD 2.600 millones, casi lo mismo que se perdió (en el fallido proceso de repotenciación del Gobierno de Rafael Correa). Ahora hay que volver a hacer la repotenciación pero ya no será con Petroecuador, primero porque el Estado no tiene el dinero y, segundo, porque ya fracasó el intento, fue un proyecto fallido.
Y se hablaba de cerrar La Libertad
Yo estaba dispuesto a cerrarla, pero me encuentro con que se han organizado los alcaldes de la Península de Santa Elena y han formado un consorcio y se han puesto en contacto con empresas internacionales y consiguieron propuestas de inversionistas que están interesados en la planta. También hay interesados en la refinería Amazonas (Shushufindi). Es parte del proceso que empezó en 2019, cuando se expide el decreto con el que se desmonopoliza la refinación de petróleo y se abre la posibilidad de que el capital privado construya una nueva refinería en Esmeraldas o en Guayaquil, es parte de un sistema de desmonopolización.
Le llegaron pretendientes para las tres
Sí, porque el modelo de administración y operación que se ha propuesto, que es 25 a 30 años de plazo, es muy atractivo, da para recuperar la inversión y para poner a punto las plantas. La Refinería de Esmeraldas le llamó la atención al mundo, gustó la idea del modelo de concesión en los tres casos.
¿Cuáles son las reglas para los posibles concesionarios?
Producir combustibles de calidad mínimo Euro 5, para las refinerías que ya tenemos y también para los que quieran construir nuevas. Además, el Estado está financieramente seco, necesita que le paguen por anticipado (upfront cash) que es otra variable que también entra como factor dentro del proceso de licitación, es como pagar un bono de entrada. Las plantas todavía funcionan, entonces estamos hablando de licitar negocios en marcha.
Usted mencionaba el decreto que puso fin al monopolio de importación de combustibles, que fue de Petroecuador. Ya han pasado dos años y el proceso no empieza. ¿Qué falta?
El tarifario para el uso de las instalaciones de importación, transporte y almacenamiento de Petroecuador, que es la única empresa que tiene esa infraestructura. Ese tarifario ya está aprobado y saldrá por acuerdo ministerial muy pronto. La comercializadora que quiera importar combustibles libremente tiene dos opciones: una, importar gasolina de más de 85 octanos y este es el momento porque los precios están bajos en el mercado internacional; dos, importar gasolina Extra libremente, pero ahí entra en la banda de precios. Si trae una gasolina de mejor calidad, el precio se pone en el surtidor, como sucede con la Súper.
¿Una vez concesionadas, las refinerías venderían los combustibles a precio de mercado?
Es todo un nuevo sistema de comercio a precios de mercado. No estamos a precios de mercado aún, pero como la banda va creciendo llegará el momento en que se equipare a los precios de mercado y también viene el tema de la libertad de importación de combustibles. Ahora ya tenemos un tarifario para el uso de la infraestructura de Petroecuador. Básicamente, la tarifa que Petroecuador se cobra a sí misma es la que cobrará a los privados mientras dure el proceso de desmantelamiento del Estado empresario. El Estado ya no tiene capacidad para financiar a Petroecuador, es un desangre esos recursos se podrían usar para financiar otras necesidades. Miren el modelo de British Petroleum, de Agip, de Repsol, de Petrobras, de Ecopetrol, todas ellas empresas estatales que se convirtieron en empresas por acciones.
Se acerca la fecha para que el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) vuelva a manos del Estado. ¿Qué piensan hacer con él?
Ya le planteé al Presidente que en lugar de entregárselo a Petroecuador en 2023, cuando termina la concesión, se renueve el contrato de operación, pero que el bien como tal sirva como una forma de pago de parte de la deuda con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Con eso baja la deuda del Gobierno con el IESS y sube el patrimonio del IESS.
¿Cuánto vale el OCP?
Debe estar en USD 1.000 o en USD 1.500 millones. La garantía debe ser a través de un fideicomiso para que la operación jamás pueda ser realizada por el IESS, que sólo será el dueño de ese patrimonio y de los flujos de dinero que produzca, pero el operador del oleoducto tiene que ser una compañía privada especializada. Puede ser la misma empresa que lo opera actualmente (OCP Ecuador) o podría llamarse a un Swiss Challenge para escoger operador, esto para que no pase lo que sucedió con el Hotel Quito.
¿Cuándo volverán a ser Petroamazonas y Petroecuador una sola empresa?
El expresidente Rafael Correa no sabía lo que estaba haciendo cuando partió la empresa en dos y ahora hay que fusionarla y ese proceso tiene que completarse en diciembre. El mayor reto es el factor humano, es un tema muy sensible. No vamos a tocar al personal que trabaja en la cadena de valor, es decir, en exploración y producción de petróleo, transporte, refinación y comercialización de crudo y derivados. Las redundancias se van a ir analizando en el proceso.
¿Y cuántas redundancias hay?
Muchas porque entre las dos empresas suman ya unos 10.000 empleados, pero partimos del hecho de que hay que proteger el talento humano. Y el tema de quién absorbe a quién todavía no lo hemos decidido.
Son muchos planes para un Gobierno que ya se termina en 10 meses
Sí, pero a cuál Gobierno que venga no le va a interesar seguir con estos procesos de cambio que son parte de la nueva normalidad. Los privados también podrán importar gas natural seco, que es un sustituto de combustibles como el diésel. Es 99% metano y es más barato que el diésel. El transporte pesado podría usar gas natural comprimido, como se hace en Chile y en Argentina. Existen kits para hacer la conversión de los motores de diésel a gas natural.
Hablando de gas natural, ¿qué pasará con Termogas Machala, con la planta de licuefacción de Bajo Alto y con el Campo Amistad?
El Campo Amistad, que ha tenido una vida útil de casi 20 años, ya está en plena declinación. No tiene potencial para producir más gas, debería estar produciendo 90 millones de pies cúbicos al día y solo produce 20 millones. Con el modelo de libre importación de combustibles se puede traer el gas para Termogas Machala, usando el mismo gasoducto submarino de 65 kilómetros que comunica a Amistad con Bajo Alto. Un buque se puede conectar desde la plataforma de Amistad, en el Golfo de Guayaquil, al gasoducto.
¿Hay interés en vender Termogas Machala?
Y hay interesados de primera línea en comprar esta planta de generación eléctrica. Estamos analizando las dos alternativas, si concesionar o vender Termogas Machala y la planta de licuefacción de gas de Bajo Alto (ambas infraestructuras están a pocos metros una de la otra). Hasta diciembre estará casi todo listo. Estamos en un proceso de recuperación de la credibilidad del país.
¿Está caminando el país hacia un mercado libre para los precios de los combustibles?
Las bandas no son eternas sino mecanismos de transición. La caída del precio internacional del petróleo eliminó el subsidio al diésel, no fue el ministro, no fui yo, no fue el Gobierno. Y el precio del petróleo va a volver a subir pero muy lentamente. Estamos transitando por segmentos de mercado. El segmento de la Súper ya está liberado. Entonces la transición consiste que corren las bandas y, al mismo tiempo, poco a poco se importan combustibles nuevos, que sustituyen a los viejos. Llegan el gas natural, la gasolina de alto octanaje importados y Petroecuador o la empresa estatal tendrá que entrar a competir con los importadores privados.
Fuente: Primicias - Ecuador