Soraya Pérez - Economista
La semana pasada, el Inegi confirmó la caída de casi 20% de nuestro PIB en el segundo trimestre, la más grande de la historia; por otro lado, pasamos a ser el tercer país con más muertes acumuladas por Covid-19 a nivel mundial solo detrás de Estados Unidos y Brasil, según la Organización Mundial de la Salud. No obstante, pareciera que el Gobierno Federal ignora intencionalmente estos datos, puesto que sigue apostándole al “caballo” equivocado, a Petróleos Mexicanos (Pemex).
Pemex, como ya lo he mencionado en reiteradas ocasiones, más que un catalizador de crecimiento se ha vuelto una carga para el Gobierno Federal y un barril sin fondo de nuestros impuestos. Según el último informe financiero enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, la empresa reportó pérdidas acumuladas por más de 606,000 millones de pesos (mdp) al primer semestre de este año. Además, la petrolera también sufrió una disminución en sus ventas totales en casi 52% durante el segundo trimestre y un incremento en su deuda de casi el 25% con respecto a la reportada a finales de 2019.
Para dimensionar el tamaño del problema en el cual está metido, cabe destacar que según la calificadora de riesgos Moody’s, Pemex concentra más del 40% de la deuda de las compañías petroleras latinoamericanas con grado especulativo de inversión. Esto es ¡sumamente alarmante! especialmente si vemos cómo la inversión del Gobierno a Pemex no se ha detenido, sino al contrario, ha incrementado en áreas sumamente débiles y poco rentables como lo es el Sistema Nacional de Refinación (SNR).
Durante el primer trimestre de este año, Pemex perdió en promedio 12.5 dólares por barril refinado, convirtiéndose en el negocio menos rentable de la petrolera. Si consideramos que la paraestatal refina aproximadamente 542,000 barriles diarios, estamos hablando de una pérdida $6.7 millones diariamente, mientras sigan ampliando la capacidad de refinación seguirán aumentando las pérdidas de Pemex y por tanto arriesgando las finanzas nacionales. A esto, agreguemos las tremendas implicaciones ambientales, como los diversos incidentes que tuvieron lugar en las refinerías de Salamanca y Cadereyta hace apenas unos días.
A pesar de que la estrategia está equivocada, Pemex anunció que este año prevé una inversión de más de 22,000 mdp para la rehabilitación del SNR. La decisión me parece inconcebible y requiere una explicación más detallada, razón por la cual es URGENTE que la secretaria Rocío Nahle comparezca ante la Cámara de Diputados; les recuerdo que a pesar de las muchas y contradictorias decisiones en la materia, así como diversos llamados que hemos realizado en la Comisión de Energía, con enorme desdén hacia el poder legislativo que representamos, desde el año pasado no ha querido ir a rendir cuentas a la máxima tribuna del país.
Es innegable que Pemex juega un rol sumamente importante en el desarrollo nacional. Los ingresos petroleros de nuestro país representan aproximadamente 18% de los ingresos totales. Sin embargo, en los últimos seis meses estos ingresos cayeron más de 40%, logrando la peor caída en su historia. Definitivamente, el plan de la petrolera no está funcionando y es hora de que mi paisano, el presidente López Obrador, se dé cuenta de ello. México está en una carrera para salir de esta crisis histórica y, para ganarla, tenemos que "cambiar de caballo".
Fuente: El Economista - México