En esta operación, la firma estatal deberá aplicar la nueva política de comercialización de crudo, la cual fue actualizada el 1 de julio pasado.
Esa política establece que, en operaciones de compra-venta de hidrocarburos solicitadas por Finanzas, la firma estatal deberá considerar el beneficio financiero o económico para el Estado en su conjunto, sin limitarse al rendimiento empresarial, de acuerdo con lo dispuesto en el Decreto Ejecutivo 1 075. Ese Decreto fue emitido luego de que Petroecuador se pronunciara el 30 de abril pasado en contra de la nueva venta de crudo a largo plazo con China.
En ese informe, la firma señaló que la nueva operación le suponía una pérdida de USD 119 millones, ya que China ofrecía condiciones de precio menores a las logradas en concursos efectuados este año. Ecuador espera nuevos recursos por USD 2 400 millones de bancos chinos atados a esas operaciones petroleras.
Segun Bloomberg, los nuevos préstamos tendrían vencimientos comprendidos entre dos y cinco años y tasas de interés de entre 5,7% y 6,6%. El Ministerio de Finanzas aclaró que la operación aún está en construcción y que esperaba tasas “mucho más favorables que las del mercado”.
A la par, el Ministerio de Finanzas busca la adhesión de más tenedores a su propuesta para reestructurar la deuda en bonos por USD 17 375 millones. El Gobierno alcanzó el pasado 6 de julio una preaprobación a su plan, gracias a la aceptación del grupo de acreedores más grandes. Por sí solos, ellos concentran un 45% del monto total de la deuda. Pero Finanzas requiere que su plan sea aprobado por el 66% de bonistas.
Excepto en el tramo que vence en 2024, para el cual se necesita el 75%. La posibilidad de mejorar las condiciones de los papeles está en manos de cientos o miles de acreedores internacionales. Francisco Briones, director de la consultora Perspectiva, explica que en este proceso solo se conoce los nombres de los bancos o fondos de inversión que representan a los tenedores, aunque hay bancos con inversiones propias en bonos. Desde que se inició la negociación, en junio pasado, dos grupos de acreedores, que representan entre el 70 y 75% de la deuda, están participando activamente en los diálogos.
Los acreedores más grandes, que ya aceptaron la propuesta de Ecuador, se reunieron en un grupo Ad Hoc conformado, entre otros, por cinco bancos y fondos de inversión: AllianceBernstein, Ashmore, BlackRock Financial Management, BlueBay Asset Management y Wellington Management Company. Pero hay otros miembros que forman este grupo, que podrían adherirse. “Se espera un apoyo adicional de otros miembros del grupo en los próximos días a medida que se completen los procesos internos”, señalaron estos acreedores el pasado 7 de julio.
Un segundo grupo Ad Hoc, que posee bonos con participaciones de algo más del 25% en ciertos tramos y 35% en otros, se formó con fondos más pequeños. Ellos presentaron una contrapropuesta al Gobierno, pues consideraron que el plan debía mejorarse. Este grupo está formado por unos 25 inversores como Amundi UK limited, Contrarian Capital Management, Grantham Mayo Van Otterloo & Co., T Rowe Price Associates. Estos acreedores buscan, entre otras cosas, mejores condiciones para los bonos 2024.
El 25 o 30% de tenedores restante pueden ser inversionistas que no han querido intervenir en la negociación y solo esperan que los grupos más grandes hagan sacrificios, explicó Ramiro Crespo, director de Analytica Investments. “Puede ser que no quieran involucrarse por estrategia o porque están cansados de las renegociaciones. Quizás buscarán llevar a Ecuador a las cortes o simplemente aceptar los términos”, comentó. Michael Murillo, vicepresidente sénior de mercados emergentes de la casa de corretaje Joseph Stone Capital de Nueva York, cree que, debido a que los inversionistas grandes ya aceptaron el plan del Gobierno, será fácil sumar a los más pequeños.
“A los inversionistas les interesa que les paguen, a nadie le conviene que Ecuador caiga en ‘default’. La renegociación ha sido bien vista en los mercados, los bonos han subido de precio drásticamente, porque hay esperanza de que la renegociación culmine con éxito”.
Fuente: El Comercio - Ecuador