En los primeros cuatro meses de 2020 solo se perforaron cuatro pozos hidrocarburíferos en la Argentina. Habían sido 54 en 2017 y cayeron a 25 y 34 en 2018 y 2019, respectivamente. Pero la profundización del derrumbe de la inversión en la actualidad de la pandemia mundial anticipa futuras importaciones de gas en barco.
Esas de las que el país se despidió en el último año del gobierno de Mauricio Macri, después de un proceso de recuperación que comenzó ya en 2015, al final de la administración K. La baja de las perforaciones está impactando ya en la producción gasífera, que cayó 11,3% anual en abril. Frente a ese panorama, el Gobierno está negociando con las petroleras el llamado Plan Gas 4.0 por el que se subsidiará a las compañías que mantengan la producción actual en cada cuenca. Aquellas que incluso la aumenten tendrán prioridad en el reparto de los beneficios.
El borrador en el que trabajan el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, el secretario de Energía, Sergio Lanziani, y las firmas establece que los objetivos del programa de estímulo al gas son “viabilizar inversiones en producción, proteger la cadena de valor de toda la industria nacional gasífera, mantener los puestos de trabajo, incentivar la innovación tecnológica, sustituir importaciones de GNL (gas natural licuado, el que viene en barcos) y combustibles líquidos (sustitutos del gas en las centrales eléctricas), disminuir el costo fiscal y coadyuvar con una balanza energética superavitaria y generar certidumbre de largo plazo al sector hidrocarburífero”.
Pese a que el plan tendrá un impacto fiscal, más caro le costaría al Estado en cuanto a recursos y al país en términos de divisas tener que volver a importar GNL, gasoil o fueloil a partir del año próximo en caso de mantenerse la caída de la producción gasífera. La idea es que las petroleras reciban 3,50 dólares por millón de BTU por el gas que venden a las distribuidoras y las eléctricas. En la actualidad perciben 2,76 promedio, pero todavía están vigentes los declinantes subsidios que ideó Macri para Vaca Muerta. La diferencia entre los 3,50 y lo que paguen distribuidoras y eléctricas será compensada por el Estado. El nuevo plan se extendería por cuatro años desde el 1º de agosto y promocionaría la producción de 70 millones de metros cúbicos diarios, de los cuales 8 millones podrían exportarse en primavera y verano, cuando sobra en el mercado interno. El gas enviado al exterior no será subsidiado.
Las ayudas se acumularían en un fondo de garantías, similar al vigente en el plan RenovAr, de energías renovables. Kulfas además prometió una nueva ley de hidrocarburos, que otorgaría descuentos impositivos al sector. También anticipó que las tarifas seguirán congeladas más allá de la fecha establecida hasta ahora, el 30 de junio, aunque admitió que no por un periodo muy largo, de modo tal de “garantizar la inversión cuidando a las familias”. Veremos si logra la cuadratura del círculo.
Fuente: Perfil - Argentina