“La transacción que Venezuela le hizo a Irán para pagar la gasolina se hizo con oro, porque no tenemos las reservas suficientes en el Banco Central (BCV) para pagar los 45 millones de dólares que costó el combustible extranjero. El gobierno debe recuperar ese coste de alguna manera”, opinó el economista en una entrevista exclusiva para El Universal.
Toro Hardy señaló que, si se presume que se puede pagar el monto internacional con base a la equivalencia en bolívares, la población tendrá dificultades para cancelar el monto de $0,50 estimado por la administración pública, ya que “las tarjetas de crédito no tienen un límite que respalde el costo, tampoco hay suficiente efectivo para disponer en las cantidades que ofrece; y, si se paga en dólares, no hay un estimado de que toda población tenga esa moneda”.
“Es complejo el caso", dijo. "De acuerdo con el artículo 318 de la constitución, la unidad monetaria del país es el Bolívar, de manera que se está produciendo una dolarización de facto. Pero, cuando en esa dolarización de facto participa el Estado mismo, a través de lo que se está cobrando por la gasolina, entonces estamos hablando de una circunstancia mucho más seria desde el punto de vista institucional y jurídico”, explicó.
El experto en petróleo resaltó que el aumento del precio de la gasolina ha sido uno de los más drásticos hasta el momento, afirmando que el precio subsidiado del combustible aumentó de los cuarenta y cinco mil millones de unidades porcentuales en comparación al precio que tenía el rubro antes de la cuarentena. Mientras tanto, el precio internacional representa un incremento de ciento noventa mil millones de unidades porcentuales con respecto al monto de marzo del presente año.
Con respecto al posible destino que pueden tener los nuevos ingresos por la gasolina, Toro Hardy declaró que “la falta de transparencia del gobierno es absoluta”, pero estima que “se pague el monto a Irán”.
“Por la vía de venta de gasolina es imposible reactivar o mejorar la producción petrolera del país (...). Se ha estimado que entre inversiones y gastos habría que destinar entre veinticinco y treinta mil millones de dólares por año, durante ocho o diez períodos, para solventar la industria a los niveles de 1998”, aseveró.
A su juicio, el precio ideal de la gasolina estaría bajo el esquema “CIF” (el costo del combustible mismo, más el seguro y el flete puesto en un puerto venezolano), junto a los impuestos relacionados a la distribución interna del país y una pequeña ganancia.
“Eso no llega a los $0,50”, expresó el economista. “En Nueva York el precio del galón de combustible cuesta $1,80. Si se toma ese referente, el litro está aproximadamente en $0,45 en esa región. Pretender que se va a vender la gasolina más cara que en Nueva York no luce muy racional, tomando en consideración el panorama económico al que nos enfrentamos”.
Toro Hardy afirmó que los aumentos de la gasolina a esos niveles se traducirán en una contracción económica más severa de la que el “país ya está sumergido”. “Se debió aumentar el precio de la gasolina paulatinamente, no esperar a que la población esté en un momento de angustia y complejidad para aumentar el precio a esos niveles porcentuales”, juzgó.
Asimismo advirtió que, debido a la “falta de transparencia del mecanismo de distribución”, existe un gran temor de que pueda surgir “un fenómeno de corrupción parecido al de Cadivi”, en donde una persona puede comprar la gasolina a Bs 5.000 y revenderla al precio internacional.
“Aunque el gobierno tome medidas para racionar la gasolina, como la restricción de la placa o la implementación de chips, la gasolina no durará mucho tiempo. (...) Los buques de Irán trajeron 275.000 toneladas de combustible en total, lo que se traduce a un billón y medio de barriles. Si el consumo de la población venezolana es de 100.000 barriles diarios, esa cantidad importada de medio oriente alcanzará para 15 días”, explicó.
Toro Hardy concluyó que la verdadera solución está en reactivar las refinerías del país, “lo cual requiere una inversión alta, y se necesita de maquinaria de fábrica, no importada”.
Fuente: El Universal - Venezuela