“Los peces no tienen carnet. No pueden esperar un día a la semana por oxígeno”, comenta Jorge Loza. Es uno de los 5 mil productores piscícolas que hay en la mancomunidad del trópico
LOS TIEMPOS

y que debe recoger peces muertos cada día por la falta de oxígeno que genera una bomba a gasolina; un combustible que escasea desde el inicio de la cuarentena y la gente ruega por un litro.

La falta de este carburante afectó a gran parte del sector agropecuario del trópico.

Jorge recién incursionó en la producción piscícola. Antes iba al río a pescar, pero cada vez hay menos peces y la tarea de conseguir algunos es más compleja. Su salud se vio afectada, pero eso no lo detuvo para cavar cuatro piscinas. Cada una costó un promedio de 12 mil bolivianos que logró con apoyo de dos proyectos.

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