RÍO NEGRO - ARGENTINA
Los gráficos evidenciaron el impacto de la cuarentena en la actividad. El tradicional gráfico de la evolución de las etapas de fractura en Vaca Muerta devolvió en abril una imagen impensada, un vacío total que demuestra que en todo el mes no se sumó ni una sola etapa de fractura nueva en la formación pero que tiene en los alcances de la cuarentena obligatoria su explicación.
Las métricas de las etapas de fractura se imponen desde hace un par de años como el mejor parámetro para analizar la actividad en la formación no convencional, pero en este caso el reflejo se vio distorsionado no por la crisis del petróleo sino por los alcances de la cuarentena.
El DNU 297, que impuso la cuarentena nacional obligatoria, no exceptuó todas las actividades de la industria petrolera sino que fijó que funcionarán con guardias mínimas que garanticen la generación.
Esto llevó inmediatamente a que todos los equipos de perforación y los sets de fractura dejaran de operar, incluso en algunos casos las tareas quedaron a mitad de camino.
La línea inerte de actividad de fracturas en Vaca Muerta durante abril refleja que, pese al paso del tiempo, no hubo cambios o flexibilizaciones en la forma de trabajar en los yacimientos, en donde además la crisis de consumo promete hacer más lento el retorno de los equipos a los yacimientos petroleros.
El informe que elabora Luciano Fucello, el country manager de NCS Multistage, graficó la inusual situación en la que se encuentra el sector petrolero de Vaca Muerta.
En marzo, el último mes en el que hubo actividad, las etapas de fractura marcaron un incremento con respecto a febrero incluso a pesar de que los últimos diez días del mes ya correspondieron a la cuarentena.
En ese mes se alcanzaron 431 etapas de fractura, todas en pozos con destino a petróleo, superando el nivel de febrero cuando se habían alcanzado 402 etapas.