EL UNIVERSAL - VENEZUELA
Comenzaron internacionalmente con la decisión de Rusia de desmarcarse de la producción OPEP. Arabia Saudita, respondió, abriendo producción y guerra de precios.
EEUU, el gran productor petrolero, con más de 12 millones de b/d. Enemigo de OPEP. Se le acerca a contribuir a estabilizar el precio del barril. México, también le retira su colaboración al cartel y de forma, sorpresiva, Estados Unidos asume su reducción de 450M b/d.
Al mismo tiempo, se convierte en pandemia, el virus Covid-19, que obliga un confinamiento y cuasi-paralización mundial. Cae vertiginosamente el consumo y el precio del barril de petróleo baja, inédita y puntualmente, a menos $34 y $ 0.20, el litro de gasolina. Así las cosas internacionalmente.
Nacionalmente, en Venezuela, se profundiza la falta de suministro de gasolina y se dispara su precio (extremo contrario), desde, cero $/litro, hasta sorpresa, entre 1$ y 4$ el litro. Hasta 20 veces más costoso que en EEUU. Esta escasez y aumento produce una profunda paralización.
Sorpresa. se despide al Presidente de Pdvsa. Se nombra interino, y se designa nuevo Ministro del Petróleo. Inesperadamente, se divulga un documento de 64 páginas, de la Comisión de Reestructuración de Pdvsa. Documento oficial que coincide con el sentimiento nacional, del sector petrolero, de la oposición y es necesario para el país.
La reestructuración acepta el fin del modelo estatista. Se plantea una corrección del rumbo 180 grados. Admite que el petróleo, ya no es estratégico; que las actuales contribuciones fiscales y municipales, son inviables por espantar a cualquier inversionista y por primera vez, en los últimos años, se publican cifras confiables que no aparecían publicadas desde 2014.
Sin duda la reestructuración, es realista, dirigida en beneficio del país, y debe contar con el apoyo de la oposición. Promulgarse y ejecutarse así, el país tendría una grata sorpresa.