EL FINANCIERO - MÉXICO
La baja demanda internacional de hidrocarburos y la inestabilidad en el precio internacional del petróleo -originados por la pandemia y la guerra comercial que protagonizaron Arabia Saudita y Rusia hace unas semanas-, han puesto en riesgo las metas establecidas por la compañía dirigida por Octavio Romero Oropeza.
Así lo asegura la petrolera en su reporte anual correspondiente a 2019 enviado a la Cámara de Diputados. En el documento se lee que los eventos actuales forzarán a la compañía a acotar sus metas originales planteadas para 2024, el último año de la actual administración federal.
“Para Pemex, esta escasez internacional de la demanda y los bajos precios del mercado podrán conducir a la necesidad de aceptar mayores topes a la producción y a sus planes de expansión por los próximos dos años, así como a la obtención de menores ingresos a los requeridos para generar los excedentes monetarios que le permitan incrementar los recursos presupuestales destinados a la inversión, conduciendo a la necesidad de acotar las metas originales establecidas en el Plan de Negocios para 2024”, explicó el escrito. Pemex tenía el objetivo de alcanzar una producción diaria de 2.4 millones de barriles para 2024.
Organismos como la calificadora Moody's ya habían advertido que esta meta de producción era casi imposible de alcanzar debido a que la empresa no cuenta con los recursos financieros ni tecnológicos, además de que decidió no hacerse de más socios para continuar con sus actividades.
Hasta ahora, el único recorte en la producción que ha anunciado Pemex es el acordado ante la Organización de Exportadores de Petróleo (OPEP), grupo con el cual pactó recortar su plataforma de producción en 100 mil barriles durante mayo y junio.
La petrolera asegura que evaluará qué pozos deberán cerrarse y cuáles deberán ser sustituidos por opciones de menores costos. Esto ya había sido mencionado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en una de sus conferencias matutinas. Sin embargo, la petrolera no ha dado más detalles sobre la medida.
Pemex también advirtió que espera una disminución en sus ingresos que se traducirá en menores contribuciones tributarias directas e indirectas a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que en 2019 ya se redujeron en 10.9 por ciento en comparación con 2018.
El entorno negativo mundial también incidirá en la estrecha relación financiera que ha tenido la petrolera nacional durante este sexenio con la administración actual, lo que ha sido duramente criticado por las calificadoras de riesgo y se considera uno de los factores por los cuales la compañía perdió su grado de inversión.
La tasa negativa que se espera para el PIB durante 2020 y la priorización del gasto en el sector salud y en programas sociales disminuirá los apoyos del Gobierno federal a la compañía, apuntó el informe.
“Es indudable que el Gobierno federal cuente con menos recursos para su operación y para la atención prioritaria de las emergencias sanitarias y económicas, lo que podrá reducir la posibilidad de transferir fondos públicos adicionales para apoyar a la operación de Pemex y, por las mismas razones, a reformar la estructura fiscal que reduzca a la disminución de su carga fiscal”, agregó el documento.
Los planes de la administración para la petrolera dictaban que a partir de este año se comenzarían a consolidar iniciativas para alcanzar el equilibrio financiero de la compañía en 2021.
No obstante, las finanzas de la petrolera nacional, la más endeudada a nivel mundial, se han complicado. Tan solo en el primer trimestre de este año registró pérdidas por 562 mil 250 millones de pesos, 62 por ciento más que las reportadas por la empresa productiva del Estado en todo 2019.