Un debate tiene tensionada la cuerda en el sector de gas natural y está relacionado con el origen de los remanentes para atender la demanda en el país.
De un lado están las voces que defienden las importaciones del energético y ven con buenos ojos el montaje de una planta regasificadora en Buenaventura. Incluso van más allá, y no les sería del todo indiferente iniciativas similares en el Golfo de Morrosquillo y la Guajira.

Y en la otra acera se encuentran aquellos sectores de la industria que desaprueban la idea de una regasificadora y salen en defensa de la producción nacional. Afirman que además de pagar derechos económicos, en el subsuelo del país yacen importantes reservas del energético.

Y precisamente son los remanentes el punto de partida de los debates. Según la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) en su informe de reservas del 2018, las de gas natural cayeron en un 2,9%, al pasar de 3.896 a 3.782 giga pies cúbicos (Gpc). En consecuencia, la vida útil se redujo en 1,9 años, al descender de 11,7 a 9,8 años.

“Por cada giga pie cúbico producido solo estamos incorporando 0,7 a nuestras reservas probadas. Las proyecciones muestran que si no encontramos nuevas fuentes en 2021-2023 podríamos necesitar gas importado para suplir la demanda de gas domiciliario en algunas zonas del país, a un precio de más del doble del costo interno”, afirmó en su momento la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez.

Para los analistas es una discusión que se presenta por esta época todos los años, y aunque se ha reducido la vida útil de las reservas, siempre aparecen en el camino pequeñas producciones que ayudan a mantener el promedio de los remanentes.

“Desde el año 2007 se presenta la discusión de que las reservas de gas no alcanzarán más allá de diez años, y lo que realmente ha sucedido es que siempre aparece oferta, y el mercado es atendido bien sea con producción nacional o con importaciones, este último para el funcionamiento de las plantas térmicas”, señaló Andrés Pesca, vicepresidente de Mercados Energéticos de la Bolsa Mercantil.

Una vez se conoció el borrador del Plan de Abastecimiento de gas de la Unidad de Planeación Minero energética (Upme), que traía incluido el montaje de la planta regasificadora de Buenaventura, los transportadores salieron en su defensa.

Un caso puntual es el del presidente de Transportadora de Gas Internacional (TGI), Mauricio Vera, quien al conocer el plan celebró la noticia de disponer de la futura regasificadora.

“Es importante que se materialicen acciones inmediatas, entre otras, la publicación de los términos del proceso para la selección de los inversionistas en el proyecto de importación de gas en el Pacífico colombiano, dado que el tiempo nos apremia”, dijo Vera.

Por su parte, los productores de gas en el país, como la multinacional canadiense Canacol, afirman que el país no necesita la regasificadora en el 2024, ya que con las reservas actuales se garantizan 10 años más del combustible.

“Colombia tiene un potencial exploratorio significativo que le permite en firme el autoabastecimiento por varias décadas. El país debe desarrollar sus recursos antes de promover y priorizar la importación de gas”, señaló Jorge Linero, presidente de gas de Canacol Energy.

El vocero precisó que 400 millones de pies cúbicos de producción nacional al día (mpcd) de gas le aportan al país US$278 millones en regalías e impuestos y, además, genera más de 3500 empleos. Y reiteró que el gas importado cuesta el doble del nacional (US$4-US$5 vs US$8 / MBTU).

En el debate tercia el Gobierno Nacional y deja en claro que la prioridad es la producción local de gas natural, y que el proyecto de una planta regasificadora en Buenaventura, como lo establece el Plan de Abastecimiento, servirá como fórmula de respaldo.

“Los cinco contratos para producción offshore, las dos rondas petroleras y los primeros pasos para el desarrollo de los no convencionales tienen como meta incentivar la producción local de gas natural”, explicó Ricardo Ramírez, director de la Upme.

Sin embargo, el funcionario señaló que el panorama en la oferta a partir del 2024 no es clara, ya que no se tiene certeza de la entrada en producción de los nuevos campos a nivel nacional, por lo que el “país necesitaría un respaldo para una ventana de tiempo”, mientras la oferta local sea efectiva, y la garantía vendría de la planta regasificadora de Buenaventura.

En el mismo sentido, Orlando Cabrales Segovia, presidente de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), afirmó que se debe aprovechar el gas natural nacional, teniendo en cuenta el gran potencial que tiene el país en yacimientos no convencionales, convencionales y offshore.

“Naturgas no está en contra de un proyecto de regasificación, vemos una nueva planta como un respaldo al sistema energético cuya viabilidad dependerá de los estudios técnicos y de su eficiencia económica”, dijo.