Fuente: AFP
“Decreto la venta en petros a partir de este momento de toda la gasolina que vende Pdvsa para aviones que cubren las rutas internacionales”, sostuvo Maduro en su rendición de cuentas anual sin aclarar cómo serán los mecanismos para comercializar el combustible.
Venezuela sufre desde 2013 un éxodo masivo de aerolíneas por deudas estatales de 3.800 millones de dólares, según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). Esto se debe a la falta de divisas para repatriar ganancias en bolívares en el marco del control de cambio que rige en el país, aunque se flexibilizó en los últimos meses.
Maduro también ordenó vender en petros 4,5 millones de barriles de las “reservas físicas” de petróleo de Pdvsa y 150.000 barriles diarios de la producción venezolana.
El gobernante socialista decretó también el uso obligatorio de la criptomoneda para servicios como expedición de documentos -incluidos pasaportes- y registros de venta de inmuebles y vehículos. El gobierno cotiza cada petro en unos 60 dólares, aunque su valor fluctúa ligeramente.
Especialistas como Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, cuestionan este criptoactivo. “Es un adefesio” que quiere imponerse “a la fuerza” en un contexto de “hiperinflación” y “cero confianza”, sostiene.
Washington, entre sus sanciones contra Venezuela, prohibió negociar con el petro. No está disponible en casas de cambio virtuales junto al bitcoin y otras criptomonedas. Webs de calificación de riesgo como icoindex.com lo tildaron de “estafa”. La opacidad con la emisión y con la tecnología de “cadena de bloques” atenta contra la iniciativa de Maduro lanzada en 2018.