El conflicto se inició a raíz de la promulgación de dos leyes para la exploración y explotación de los campos San Telmo y Astillero.
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Marcelo Blanco / La Paz

“Tariquía no se toca. Tariquía se respeta”, fueron los gritos de los más de 300 indígenas marchistas, quienes arribaron ayer a Tarija luego de seis días de caminata. Entre aplausos, cientos de ciudadanos se sumaron para protagonizar un cabildo en la plaza principal que, entre sus principales puntos, determinó exigir al Gobierno la anulación de los contratos petroleros, para preservar la reserva natural.

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