Primero que nada hay que explicar en qué consiste este método para que se entienda la magnitud de lo que está sobre la mesa.
 
Fuente: El Colombiano
  
La discusión sobre si en el país se practica o no fracking (fracturación hidráulica, en español) está más viva que nunca. Unos alegan que es una técnica necesaria debido a las bajas reservas de gas y crudo que hay en Colombia, y otros la ven con malos ojos pues consideran que puede afectar el medio ambiente y la salud pública.
 
Primero que nada hay que explicar en qué consiste este método para que se entienda la magnitud de lo que está sobre la mesa.
 
Según la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), el proceso consiste en la perforación de un pozo vertical u horizontal a más de 2.500 metros de profundidad, con el objetivo de generar uno o varios canales de elevada permeabilidad a través de la inyección de agua a alta presión, de modo que supere la resistencia de la roca y abra una fractura controlada en el fondo del pozo, justo en el área donde se encuentra el hidrocarburo.
 
Esta práctica es utilizada desde hace algunos años en países como Estados Unidos, Canadá, China y Argentina que cuentan con lo que en el sector petrolero se conoce como shale (roca de esquisto que contiene gas y petróleo), mientras que en Francia, Alemania, Bulgaria y los Países Bajos está prohibida para proteger el medio ambiente. Ecologistas aseguran que se corre el riesgo de contaminar fuentes acuíferas con los fluidos de fracturación y el propio gas de la roca.
 
Pero además de esta amenaza ambiental, Carlos Andrés Santiago, coordinador de la Alianza Colombia Libre de Fracking, menciona que, según investigaciones científicas, se ha comprobado que las personas que viven cerca de los pozos explotados pueden sufrir embarazos de alto riesgo, problemas respiratorios y partos prematuros, entre otras alteraciones de salud.
 
Alertas que son apoyadas por el Consejo de Estado, pues la entidad suspendió provisionalmente el pasado 10 de noviembre el Decreto 3004 del 26 de diciembre de 2013 y la Resolución n° 90.341 del 27 de marzo de 2014, por medio de los que el Gobierno Nacional fijó los criterios para la exploración y explotación de hidrocarburos en yacimientos no convencionales a través de estimulación hidráulica. Consideraron que esta técnica “puede conllevar un daño potencial o riesgo al medio ambiente y a la salud humana”.
 
Así es la otra cara
 
Los petroleros dicen que Colombia está preparada para el fracking.
 
Julio César Vera, presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet), señaló que la industria cuenta con altos estándares técnicos, ambientales y sociales para implementar la fracturación hidráulica de manera responsable.
 
“Estamos convencidos de que es posible realizar en Colombia una explotación sostenible (...) porque el país lleva 12 años preparándose para desarrollar una regulación técnica y ambiental que responda a las preocupaciones que tienen los colombianos y a los riesgos asociados”, subrayó Vera.
 
En ese sentido, el ejecutivo afirmó que la regulación exige estrictos monitoreos de la actividad que garantizarán el adecuado retorno del fluido sin impactar al medio ambiente. “Por ello, le pedimos al Gobierno que nos permita avanzar en el desarrollo de las pruebas piloto para confirmar el potencial que el país tiene en esta materia”, solicitó.
 
Vera precisó que de implementarse esta práctica la nación podría aumentar sus reservas de petróleo de cinco años a 15, y las de gas de 11 años a 30.
 
Además de ello, la explotación de yacimientos no convencionales le dará la oportunidad al Estado, de acuerdo con cuentas de la ACP, de obtener unos ingresos fiscales por el orden de los 1,5 billones de pesos anuales.
 
“En una coyuntura como la actual, en la que la sostenibilidad fiscal del Gobierno central no está garantizada, los yacimientos no convencionales representan una oportunidad para Colombia de generar los recursos requeridos para financiar los programas del Gobierno Nacional y el desarrollo social de los colombianos”, afirmó Francisco José Lloreda, presidente de la ACP.
 
Este método también generaría, según la ACP, unos 5.000 empleos, entre directos, indirectos e inducidos. En departamentos donde se llevarían a cabo estos proyectos cubriría el 10 % del desempleo.
 
¿A dónde apunta el radar?
 
Antonio Sanguino, senador de la Alianza Verde y uno de los proponentes del proyecto de ley contra el uso del fracking en Colombia, precisó que hay identificados 48 bloques petroleros que podrían ser objeto de utilización de fracking, que cubren 300 municipios del país. “Eso es un poco más del 25 % del territorio nacional”, indicó.
 
El Magdalena Medio es el lugar, para ser más específicos, que estaba bajo el radar de empresas petroleras como ConocoPhillips, Canacol Energy y Ecopetrol para ejecutar proyectos pilotos de fracturamiento hidráulico.
 
Sin embargo, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) puso un freno de mano y les negó los permisos de exploración y explotación en yacimientos no convencionales, porque sostiene que la práctica podría afectar a los municipios de San Martín, Aguachica, Río de Oro y Gamarra, en el departamento de Cesar; Puerto Wilches, en Santander.
 
No obstante, Ecopetrol no descarta proponer el desarrollo de pilotos controlados en yacimientos no convencionales. El vicepresidente de Desarrollo y Producción de la estatal petrolera, Héctor Manosalva, explicó a EL COLOMBIANO que estos contarían con la veeduría de las autoridades competentes, comunidades y entes territoriales, los cuales permitirán conocer si los supuestos efectos que inquietan a los colombianos son ciertos o si se cuenta con las herramientas, tecnología y regulación para mitigar los riesgos.
 
“La propuesta de Ecopetrol es hacer los pilotos en el Magdalena Medio para precisar los volúmenes en que se podrían incrementar las reservas de hidrocarburos y, de esta manera, garantizar la seguridad energética del país, buscando conjuntamente con las autoridades la forma segura, responsable y confiable de hacerlo”, planteó Manosalva.
 
Hasta ahora, estudios preliminares de Ecopetrol establecen un potencial de 2.400 y 7.400 millones de barriles de petróleo equivalente en el Magdalena Medio.
 
Por su parte, el docente de la Universidad de Antioquia y con una maestría en economía energética, Andrés Adolfo Amell, destacó la necesidad de que se asuma una posición prudente, de concertación nacional.
 
“Actores como la Academia, las entidades de regulación, los ciudadanos de cada región deben analizar con rigurosidad hasta dónde es posible llegar con la explotación de yacimientos no convencionales en Colombia o si definitivamente es una opción que el país debe descartar”, recomendó.
 
Lo que se espera
 
La ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, informó que interpondrá un recurso de súplica ante la medida cautelar emitida por el Consejo de Estado que mete en el congelador las normas para practicar fracking en el país.
 
La funcionaria dijo a la prensa el pasado 14 de noviembre que aunque respeta las decisiones judiciales, hará uso de los recursos que otorga la ley en el marco de un proceso judicial.
 
Por otro lado, Sanguino detalló que esta semana se votarán en el Congreso de la República las dos ponencias, una negativa y otra positiva, probatorias con las que cuenta el proyecto de ley que busca prohibir o aplicar moratoria al uso de fracturación hidráulica en el país hasta tanto las evidencias científicas no despejen las dudas en materia de salud pública y cuidado del medio ambiente.
 
Hay que recordar que este proyecto de ley, promovido por la Alianza Colombia Libre de Fracking, fue radicado ante el legislativo el pasado 1 de agosto y busca que la nación inicie una transición para que en el país no se usen combustibles fósiles en un plazo de 15 años.
 
La propuesta, que consta de ocho artículos, fue promovida, entre otros, por los congresistas Angélica Lozano, Gustavo Petro, Katherine Miranda, Luciano Grisales, David Racero, Juan Luis Castro Córdoba y Sanguino.
 
Si el proyecto de ley es aprobado por la Comisión Quinta del Senado pasaría a Plenaria y podría entrar en votación de segundo debate antes de final de año. Luego iría a Cámara donde tendría que discutirse en dos debates.
 
“Este proyecto ya está listo para ser votado en la Comisión Quinta del Senado. Según las cuentas que hemos hecho, hay una mayoría que garantizaría la aprobación en primer debate”, añadió el senador.
 
Pero sea o no aprobado el uso de fracking en Colombia es necesario que el Gobierno Nacional diversifique el modelo económico del país, pues la perspectiva del mercado del petróleo es sombría debido a que la comunidad internacional se ha comprometido en reducir drásticamente el consumo de energías provenientes de fuentes de origen fósil, entre ellas el crudo.