BBC Mundo
Flavio Augusto da Silva vivía en Río de Janeiro y sus padres no tenían línea telefónica. Es que en el Brasil de 1991 eso era un lujo. Su familia no contaba con los US$960 que valía la instalación del servicio y, aunque hubiesen tenido el dinero, había una lista de espera de dos años. Como los celulares seguían siendo un artefacto casi futurista para la mayor parte de la población, Da Silva tuvo que buscar una solución para poder hacer su trabajo.
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Flavio Augusto da Silva vivía en Río de Janeiro y sus padres no tenían línea telefónica. Es que en el Brasil de 1991 eso era un lujo. Su familia no contaba con los US$960 que valía la instalación del servicio y, aunque hubiesen tenido el dinero, había una lista de espera de dos años. Como los celulares seguían siendo un artefacto casi futurista para la mayor parte de la población, Da Silva tuvo que buscar una solución para poder hacer su trabajo.
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