FUENTE: CAMBIO
La autoridad, en declaraciones a los medios de prensa, explicó que los países que devaluaron su moneda con relación al dólar enfrentaron situaciones inestables que afectaron costos y precios, lo cual provocó que se perjudiquen, en lugar de ganar competitividad económica.
“El caso de Argentina es patético y se lo está viendo. Nosotros queremos mantener la estabilidad, dar seguridad a todos para que puedan realizar las actividades económicas en un contexto que brinde certeza de lo que se está haciendo”, dijo. En ese marco, la autoridad argumentó que de ninguna manera la competitividad económica de Bolivia se verá afectada porque la entidad estatal lleva un control estricto sobre el tipo de cambio real, lo que implica que el boliviano no está sobrevaluado.
“Queremos dar seguridad a la gente, a todos, para que podamos realizar las actividades económicas en un contexto donde tengamos certeza de lo que vamos a hacer”, remarcó Ramos. “Pese a los desajustes de Argentina y Estados Unidos, nuestra economía no está sobrevaluada, tenemos un tipo de cambio real con ciertas ventajas, por lo tanto no tenemos necesidad de devaluar”, aseveró. Sin embargo, agregó que la situación que se presenta en Argentina preocupa debido a que es el segundo socio comercial de Bolivia, después de Brasil.
“Con ambos países tenemos más del 30% de nuestro comercio exterior y debido a que estas relaciones son tan importantes, lo que allí repercuta obviamente tiene que preocuparnos siempre”, puntualizó. Bolivia mantiene inalterable la política monetaria del tipo de cambio desde 2011, cuando se fijó en 6,96 bolivianos para la venta y 6,86 bolivianos para la compra de cada dólar estadounidense.
La última apreciación del boliviano se registró el 2 de noviembre de 2011, cuando la cotización respecto al dólar pasó de 6,97 a 6,96 bolivianos. La “bolivianización” de préstamos bancarios llegó, en 2016, al 99% de la cartera y al 84% de los ahorros.
La autoridad, en declaraciones a los medios de prensa, explicó que los países que devaluaron su moneda con relación al dólar enfrentaron situaciones inestables que afectaron costos y precios, lo cual provocó que se perjudiquen, en lugar de ganar competitividad económica.
“El caso de Argentina es patético y se lo está viendo. Nosotros queremos mantener la estabilidad, dar seguridad a todos para que puedan realizar las actividades económicas en un contexto que brinde certeza de lo que se está haciendo”, dijo. En ese marco, la autoridad argumentó que de ninguna manera la competitividad económica de Bolivia se verá afectada porque la entidad estatal lleva un control estricto sobre el tipo de cambio real, lo que implica que el boliviano no está sobrevaluado.
“Queremos dar seguridad a la gente, a todos, para que podamos realizar las actividades económicas en un contexto donde tengamos certeza de lo que vamos a hacer”, remarcó Ramos. “Pese a los desajustes de Argentina y Estados Unidos, nuestra economía no está sobrevaluada, tenemos un tipo de cambio real con ciertas ventajas, por lo tanto no tenemos necesidad de devaluar”, aseveró. Sin embargo, agregó que la situación que se presenta en Argentina preocupa debido a que es el segundo socio comercial de Bolivia, después de Brasil.
“Con ambos países tenemos más del 30% de nuestro comercio exterior y debido a que estas relaciones son tan importantes, lo que allí repercuta obviamente tiene que preocuparnos siempre”, puntualizó. Bolivia mantiene inalterable la política monetaria del tipo de cambio desde 2011, cuando se fijó en 6,96 bolivianos para la venta y 6,86 bolivianos para la compra de cada dólar estadounidense.
La última apreciación del boliviano se registró el 2 de noviembre de 2011, cuando la cotización respecto al dólar pasó de 6,97 a 6,96 bolivianos. La “bolivianización” de préstamos bancarios llegó, en 2016, al 99% de la cartera y al 84% de los ahorros.