BBC Mundo
Era sábado por la tarde y, tras pasar varias horas explorando la zona comercial de Orchard Road en el denso y pesado calor, me dirigí hacia la estación de tren cargando conmigo un cochecito y dos niños exhaustos listos para ir a casa. La terminal estaba atestada y yo buscaba una forma de llegar hasta el andén. Vi un ascensor y me uní a una fila de una decena de personas que pacientemente esperaban a usarlo pese a que había dos escaleras mecánicas a menos de 100 metros de distancia.
Lea la noticia>
Era sábado por la tarde y, tras pasar varias horas explorando la zona comercial de Orchard Road en el denso y pesado calor, me dirigí hacia la estación de tren cargando conmigo un cochecito y dos niños exhaustos listos para ir a casa. La terminal estaba atestada y yo buscaba una forma de llegar hasta el andén. Vi un ascensor y me uní a una fila de una decena de personas que pacientemente esperaban a usarlo pese a que había dos escaleras mecánicas a menos de 100 metros de distancia.
Lea la noticia>