FUENTE: PÀGINA SIETE
El Gobierno asegura que este 2018 será el año para impulsar la industrialización del litio, como una de las principales metas. Un experto afirma que existe retraso, debido al mínimo nivel de producción en la fase piloto, que no llega ni al 15% de lo comprometido. “Este 2018 se tendrá como meta la industrialización del litio, que será un gran resultado de nuestra gestión que lo consolidaremos”, anunció el vicepresidente Álvaro García Linera el martes en la noche en una entrevista con el programa Hora 23, de la red Bolivisión.
Por su parte el ministro de Energía, Rafael Alarcón, informó ayer que aún se reciben propuestas de países interesados en la fase de industrialización, las cuales actualmente están en evaluación. “Sobre la industrialización, hay varios países interesados con diferentes modalidades; por lo tanto, se está evaluando el alcance de las ofertas que nos están haciendo. Esperamos que hasta el primer trimestre definamos ya el tema”, señaló durante un informe de gestión. A finales de 2016, la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE), en la actualidad Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), informó que para este año está prevista la ejecución de la tercera fase, que se impulsará a través de la producción de baterías de litio.
Para materializar esta etapa se busca llegar a un acuerdo con una firma extranjera para la transferencia de tecnología, en la que el Estado boliviano tenga participación mayoritaria (51%). En la actualidad, en La Palca, Potosí, se instaló una planta donde ya se fabricaron en forma experimental algunas muestras. Retraso Manuel Olivera, especialista en recursos naturales, opinó que si bien se concluyó la fase piloto y ya se trabaja en toda la cadena productiva, el problema es que no se están cumpliendo las metas fijadas en la producción. Por ejemplo, con el carbonato de litio, si bien se comercializaron más de 20 toneladas en 2016, el año pasado sólo se subió a 70 toneladas por año. “Eso es muy bajo en relación con los niveles comprometidos por el proyecto estatal, ya que se dijo que en la fase piloto se iban a producir 40 toneladas por mes, es decir que debía alcanzarse cerca de 500 toneladas por año”, observó.
Según Olivera, existen avances en la implementación de la infraestructura para la fase piloto, pero la duda es si la tecnología boliviana está funcionando efectivamente en campo. “Dónde queda la inversión del Estado con su propia tecnología para que pueda controlar el mercado del litio; si los productos terminados saldrán con marca boliviana, qué alcances tendrá el convenio que se suscribirá con la nueva empresa y qué ventajas se les dará”, se preguntó. Según YLB, una vez que Bolivia desarrolle la cadena del litio las ventajas de la utilización de estos recursos serán destinadas a la farmacéutica, vidrio, cerámica, entre otros; y aplicaciones de innovación como baterías primarias, baterías de segundo grado y acumuladores de energías alternativas. Añadió que el proyecto se encuentra aislado y centralizado por el Gobierno, y se observa ausencia de otros actores como gobiernos subnacionales y las universidades. Yacimientos destaca logros hasta la fecha La empresa Yacimientos de Litio Bolivianos resalta avances en la consolidación del proyecto en sus tres fases, desde que se inició en 2010, cuando se creó la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos.
En una de sus publicaciones señala que se destaca la inauguración de la Planta Piloto de Materiales Catódicos en La Palca, Potosí, con lo que se cierra la cadena productiva del litio. Para la estatal se puede considerar esto como un hecho significativo a nivel regional, ya que tanto en Argentina como en Chile solo se realiza la explotación de materia prima (carbonato de litio) con presencia de empresas extranjeras en la que los gobiernos intervienen muy poco. Mientras que Bolivia es el único país en Sudamérica que asume toda la cadena productiva, desde la investigación, producción, transformación, obtención del producto final (ensamblado de baterías). Otro de sus logros es la conclusión del montaje de la Planta Industrial de Cloruro de Potasio en el Salar de Uyuni. Se estima que en el primer trimestre de este 2018 se realizarán las pruebas al vacío y con carga. Según Yacimientos, se superaron las ventas de 25 toneladas de carbonato de litio en 2016, a más de 60 toneladas en 2017, que fueron colocadas debido la creciente demanda de China, Rusia y otros países.
La producción fue transada mediante comercializadoras nacionales y extranjeras. Paralelamente se avanzó en la negociación con empresas extranjeras con el fin de llegar a acuerdos de sociedades mixtas, para realizar la tercera fase y el aprovechamiento de las sales residuales. La estatal también prevé que la construcción, montaje y puesta en marcha de la planta industrial de carbonato de litio, en el Salar de Uyuni, se realizará durante los primeros meses de este año. Sobre el tema, el ministro de Energía, Rafael Alarcón, informó ayer que hasta el 24 de enero se tendrán las propuestas de las 10 empresas precalificadas, que compiten para instalar la factoría.
Las tres fases Proyecto Desde 2010, Bolivia impulsa el desarrollo de los recursos evaporíticos en tres fases que tienen como objetivo la industrialización del carbonato de litio, cloruro de potasio y otras sales que están en el Salar de Uyuni y, finalmente, la obtención de baterías de litio.
Realidad Inicialmente, la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE) con créditos del Banco Central de Bolivia proyectó una inversión de más de 900 millones de dólares para las tres fases.
Avance La primera fase denominada Piloto, que comenzó en 2012. En la fase dos o Industrial, que comenzó en 2016 con la producción de carbonato de litio y cloruro de potasio. La tercera fase está prevista para este 2018 con la producción de baterías de litio.
El Gobierno asegura que este 2018 será el año para impulsar la industrialización del litio, como una de las principales metas. Un experto afirma que existe retraso, debido al mínimo nivel de producción en la fase piloto, que no llega ni al 15% de lo comprometido. “Este 2018 se tendrá como meta la industrialización del litio, que será un gran resultado de nuestra gestión que lo consolidaremos”, anunció el vicepresidente Álvaro García Linera el martes en la noche en una entrevista con el programa Hora 23, de la red Bolivisión.
Por su parte el ministro de Energía, Rafael Alarcón, informó ayer que aún se reciben propuestas de países interesados en la fase de industrialización, las cuales actualmente están en evaluación. “Sobre la industrialización, hay varios países interesados con diferentes modalidades; por lo tanto, se está evaluando el alcance de las ofertas que nos están haciendo. Esperamos que hasta el primer trimestre definamos ya el tema”, señaló durante un informe de gestión. A finales de 2016, la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE), en la actualidad Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), informó que para este año está prevista la ejecución de la tercera fase, que se impulsará a través de la producción de baterías de litio.
Para materializar esta etapa se busca llegar a un acuerdo con una firma extranjera para la transferencia de tecnología, en la que el Estado boliviano tenga participación mayoritaria (51%). En la actualidad, en La Palca, Potosí, se instaló una planta donde ya se fabricaron en forma experimental algunas muestras. Retraso Manuel Olivera, especialista en recursos naturales, opinó que si bien se concluyó la fase piloto y ya se trabaja en toda la cadena productiva, el problema es que no se están cumpliendo las metas fijadas en la producción. Por ejemplo, con el carbonato de litio, si bien se comercializaron más de 20 toneladas en 2016, el año pasado sólo se subió a 70 toneladas por año. “Eso es muy bajo en relación con los niveles comprometidos por el proyecto estatal, ya que se dijo que en la fase piloto se iban a producir 40 toneladas por mes, es decir que debía alcanzarse cerca de 500 toneladas por año”, observó.
Según Olivera, existen avances en la implementación de la infraestructura para la fase piloto, pero la duda es si la tecnología boliviana está funcionando efectivamente en campo. “Dónde queda la inversión del Estado con su propia tecnología para que pueda controlar el mercado del litio; si los productos terminados saldrán con marca boliviana, qué alcances tendrá el convenio que se suscribirá con la nueva empresa y qué ventajas se les dará”, se preguntó. Según YLB, una vez que Bolivia desarrolle la cadena del litio las ventajas de la utilización de estos recursos serán destinadas a la farmacéutica, vidrio, cerámica, entre otros; y aplicaciones de innovación como baterías primarias, baterías de segundo grado y acumuladores de energías alternativas. Añadió que el proyecto se encuentra aislado y centralizado por el Gobierno, y se observa ausencia de otros actores como gobiernos subnacionales y las universidades. Yacimientos destaca logros hasta la fecha La empresa Yacimientos de Litio Bolivianos resalta avances en la consolidación del proyecto en sus tres fases, desde que se inició en 2010, cuando se creó la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos.
En una de sus publicaciones señala que se destaca la inauguración de la Planta Piloto de Materiales Catódicos en La Palca, Potosí, con lo que se cierra la cadena productiva del litio. Para la estatal se puede considerar esto como un hecho significativo a nivel regional, ya que tanto en Argentina como en Chile solo se realiza la explotación de materia prima (carbonato de litio) con presencia de empresas extranjeras en la que los gobiernos intervienen muy poco. Mientras que Bolivia es el único país en Sudamérica que asume toda la cadena productiva, desde la investigación, producción, transformación, obtención del producto final (ensamblado de baterías). Otro de sus logros es la conclusión del montaje de la Planta Industrial de Cloruro de Potasio en el Salar de Uyuni. Se estima que en el primer trimestre de este 2018 se realizarán las pruebas al vacío y con carga. Según Yacimientos, se superaron las ventas de 25 toneladas de carbonato de litio en 2016, a más de 60 toneladas en 2017, que fueron colocadas debido la creciente demanda de China, Rusia y otros países.
La producción fue transada mediante comercializadoras nacionales y extranjeras. Paralelamente se avanzó en la negociación con empresas extranjeras con el fin de llegar a acuerdos de sociedades mixtas, para realizar la tercera fase y el aprovechamiento de las sales residuales. La estatal también prevé que la construcción, montaje y puesta en marcha de la planta industrial de carbonato de litio, en el Salar de Uyuni, se realizará durante los primeros meses de este año. Sobre el tema, el ministro de Energía, Rafael Alarcón, informó ayer que hasta el 24 de enero se tendrán las propuestas de las 10 empresas precalificadas, que compiten para instalar la factoría.
Las tres fases Proyecto Desde 2010, Bolivia impulsa el desarrollo de los recursos evaporíticos en tres fases que tienen como objetivo la industrialización del carbonato de litio, cloruro de potasio y otras sales que están en el Salar de Uyuni y, finalmente, la obtención de baterías de litio.
Realidad Inicialmente, la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE) con créditos del Banco Central de Bolivia proyectó una inversión de más de 900 millones de dólares para las tres fases.
Avance La primera fase denominada Piloto, que comenzó en 2012. En la fase dos o Industrial, que comenzó en 2016 con la producción de carbonato de litio y cloruro de potasio. La tercera fase está prevista para este 2018 con la producción de baterías de litio.