La filial Corsán-Corviam Construcción abandonó en marzo de este año y sin dar explicaciones la obra de la carretera entre Ixiamas y San Buenaventura y la planta hidroeléctrica de Miguillas, en el departamento de La Paz.
FUENTE: LA RAZÓN

La situación insostenible por una deuda de 1.675 millones de euros ($us 1.903 millones) hizo que el grupo español Isolux Corsán convoque a un concurso voluntario de acreedores con el fin tratar de levantar a la empresa que puede declararse en quiebra. En Bolivia, la filial Corsán-Corviam Construcción abandonó dos obras en abril de este año. Mediante un comunicado, el Consejo de Administración del grupo español informó que en una reunión se acordó solicitar el concurso voluntario de acreedores para las siete sociedades que conforman el grupo: Grupo Isolux Corsán, Corsán-Corviam Construcción, Isolux Ingeniería, GIC Concesiones, Isolux Corsán Servicios, Isolux Corsán Inmobiliaria e Isolux Energy Investments.

Esta nueva etapa podría afectar a las filiales del grupo español que suman a 1.992 trabajadores, de los que 1.108 corresponden a las entidades con sede en España, incluidos 160 expatriados, y 888 a otros países. “La dirección de la compañía, los principales accionistas y los asesores han abordado el proceso de reestructuración con el objetivo de mantener el mayor número posible de puestos de trabajo, limitar los riesgos asociados a las garantías en vigor y facilitar la continuidad de la empresa a través de los proyectos que tienen viabilidad operativa y financiera”, se lee en parte del comunicado. La filial Corsán-Corviam Construcción abandonó en marzo de este año y sin dar explicaciones la obra de la carretera entre Ixiamas y San Buenaventura, y la construcción de la planta hidroeléctrica de Miguillas en del departamento de La Paz. Este hecho generó que el Gobierno ejecute-cobre las respectivas boletas de garantía por valor de $us 151 millones.

A fines de marzo de este año, Isolux Corsán decidió acogerse a un preconcurso de acreedores para contar con cuatro meses más para negociar con los bancos Santander, Bankia y Caixa Bank una inyección de capital de unos 400 millones de euros que ayuden a garantizar el funcionamiento de la compañía para evitar el concurso de acreedores, sin embargo, no fue posible. Durante ese tiempo, no se logró conseguir ningún inversor que pueda ayudar a reflotar al grupo con la deuda de más de 1.675 millones de euros ($us 1.903 millones), de los cuales 1.270 millones de euros son de la deuda financiera y 400 millones de euros a los proveedores. Esta nueva etapa de Ixolux Corsán causó la renuncia del presidente y los seis miembros que integraban el órgano de gobierno del grupo de ingeniería y construcción.

Una junta de accionistas aprobó el nombramiento de los nuevos ejecutivos. “La dirección de la compañía, los principales accionistas y los asesores han abordado el proceso de reestructuración con el objetivo de mantener el mayor número posible de puestos de trabajo, limitar los riesgos asociados a las garantías en vigor y facilitar la continuidad de la empresa a través de los proyectos que tienen viabilidad operativa y financiera”, señala el grupo español. El grupo informó que en los últimos días se recibió seis ofertas de adquisición de diversas unidades productivas. “En varias de ellas se propone la absorción no sólo del personal directo de las obras, sino también de un número importante de trabajadores de las áreas corporativas”, comunicó Isolux Corsán. Agregó que corresponde a los nuevos administradores del grupo aprobar las propuestas recibidas para que den continuidad a la labor empresarial y a los trabajos del Consejo de Administración que concluyó su tarea.