LA NACIÓN
La Argentina no recayó en la trampa del atraso cambiario. Palabras más, palabras menos, fue el concepto que se preocuparon por instalar dos de los máximos referentes de la política económica oficial, dejando a la vista que el renovado debate sobre la apreciación del peso y sus efectos en el nivel de actividad no es indiferente para el Gobierno. "El tan mentado fenómeno de atraso cambiario surge de la obsesión que muchos tienen por focalizarse en la paridad peso/dólar", advirtió ayer al mediodía el presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger , al hablar en un almuerzo organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
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La Argentina no recayó en la trampa del atraso cambiario. Palabras más, palabras menos, fue el concepto que se preocuparon por instalar dos de los máximos referentes de la política económica oficial, dejando a la vista que el renovado debate sobre la apreciación del peso y sus efectos en el nivel de actividad no es indiferente para el Gobierno. "El tan mentado fenómeno de atraso cambiario surge de la obsesión que muchos tienen por focalizarse en la paridad peso/dólar", advirtió ayer al mediodía el presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger , al hablar en un almuerzo organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
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