ENERGY PRESS
Además de su enclaustramiento marítimo, Bolivia es un territorio enclaustrado energéticamente. En Sudamérica es el único Estado que no tiene interconexión eléctrica con sus vecinos, a pesar de que hace más de 30 años países como Brasil y Paraguay echaron a andar proyectos binacionales como la represa Itaipú, que el presente año llegó a ser la mayor generadora hidroeléctrica del mundo, con 100.000 gigavatios por hora (GW/h).
Además de su enclaustramiento marítimo, Bolivia es un territorio enclaustrado energéticamente. En Sudamérica es el único Estado que no tiene interconexión eléctrica con sus vecinos, a pesar de que hace más de 30 años países como Brasil y Paraguay echaron a andar proyectos binacionales como la represa Itaipú, que el presente año llegó a ser la mayor generadora hidroeléctrica del mundo, con 100.000 gigavatios por hora (GW/h).
La 51 Reunión de Altos Ejecutivos (RAE) de la Comisión de Integración Energética Regional (CIER), que se realizó los días 3 y 4 de noviembre en Santa Cruz, fue propicia para que el presidente del Comité Boliviano de ENDE y la CIER (BOCIER), Eduardo Paz, exprese que es el momento de romper esa mediterraneidad energética con la integración que, a través de sendos proyectos, pretende interconectarse y exportar electricidad por lo menos hacia cuatro países.
Sin embargo, la integración energética no es solo una urgencia boliviana. El presidente del CIER, el paraguayo Víctor Raúl Romero, manifestó que el proceso de integración en Latinoamérica ha sido lento, a pesar de haber comenzado con el aprovechamiento de la hidroenergía a nivel de acuerdos binacionales entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. “El intercambio en energía (en la región) es tan solo del orden del 5%, salvo el SIEPAC (Centroamérica) no existen mercados integrados y los intercambios se reducen a intercambios de oportunidad”, dijo Romero en la última jornada de la 51 RAE.
“En Latinoamérica necesitamos eliminar las barreras políticas, de tal forma de lograr la seguridad energética, la soberanía energética, la eficiencia energética y la universalización del servicio eléctrico. Debemos usar racionalmente los recursos naturales y también los recursos financieros. Hemos visto muchos planes, muchas estrategias, mucha planificación, pero debemos pasar a la siguiente etapa que es la acción, porque si nos quedamos sin llegar a la ejecución, esto se convertirá simplemente en una alucinación”, aseveró.
A pesar que la universalización de la energía en la región es del 96%, según la CIER, el parque generador, sobre todo el hidráulico, requiere una renovación y expansión para incorporar unos 19.000 megavatios (MW) por año. “Vemos que existe necesidad de incrementar la oferta, diversificar la matriz energética sin descartar ninguna fuente; insertar cada vez más las energías renovables no convencionales, apostar fuertemente a la integración energética para mover bloques importantes de energía. Desde la demanda, debemos mejorar la eficiencia energética, reducir las pérdidas eléctricas, gestionar adecuadamente la demanda para evitar inversiones futuras a destiempo o innecesarias”, añadió Víctor Romero.
El titular de la CIER reveló que en inversiones se requieren de más de $us 60.000 millones hasta el año 2025, especialmente en materia hidroeléctrica, ya que en Latinoamérica esa fuente solamente está siendo explotada un 25% de su potencial. La hidrogeneración ocupa actualmente el 16% de la matriz eléctrica mundial.
Una de las grandes oportunidades, apuntada por Romero, es que según las previsiones económicas la situación de recesión económica comenzará a revertirse el próximo año 2017, retomando un crecimiento que puede alentar las inversiones en materia energética, sobre todo de integración, para recuperar el terreno perdido.
Energía, desarrollo y oportunidades
El vicepresidente de Energía del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Hamilton Moss, destacó que Latinoamérica cuenta con una capacidad instalada para la generación de electricidad, de 316,75 GW para un área de 22 millones de kilómetros cuadrados y una población de 580 millones de habitantes. En ese sentido, existe una distribución desigual de los recursos energéticos, ya que existen 31 millones de personas que viven sin acceso a la electricidad, principalmente en las zonas rurales.
Sin embargo, la región tiene la matriz energética más limpia del mundo, lo que presenta serias oportunidades si existe integración. “El sector energético latinoamericano puede ser mejorado, estimulando el desarrollo de patentes tecnológicas aplicadas a ofrecer soluciones energéticas”, señaló Moss, a tiempo de mencionar que la CAF ha identificado oportunidades de interconexión para Bolivia con Chile (140 MW), Argentina (1.670 MW) y Brasil (1.000 MW).