Los maiceros sostienen que sus sembradíos están al borde de la catástrofe debido a que los gusanos cogolleros, que se propagan en época de sequía, ahora se han tornado resistentes a los agroquímicos.
EL DEBER

Oswaldo Ramos Astibena
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A las 11:30 Leonardo Rodríguez (60) cruzó la carretera que divide en dos al pueblo de Puesto Fernández y tocó las puertas del domicilio de la ingeniera agrónoma Silvia Vale.
 
Entra y pregunta: “Dígame ingeniera, ¿qué puedo hacer? Los gusanos cogolleros se están comiendo mis plantas de maíz. Otra vez voy a perder, igual que el año pasado, y no tengo con qué pagar lo que conseguí para semilla y fumigación”.
 
Leonardo es uno de los pequeños agricultores que sembró 10 hectáreas en Fernández Alonso (como también se conoce a Puesto Fernández), municipio ubicado a 92 kilómetros al norte de Santa Cruz, en la provincia Santistevan. Aquí la gente que sembró maíz está viviendo un ambiente que presagia devastación de sus cultivos. El cogollero y el pulgón están arrasando las plantaciones tiernas, intermedias y grandes.
 
Silvia, que representa a la filial de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), saca cuentas y observa que los pequeños agricultores volverán a perder, porque los agroquímicos benzoato y fisiológico, que son los más baratos, (entre $us 18 y 20 la cantidad por hectárea), ya no están dando resultados. La plaga se ha tornado resistente a los químicos. Antes se los aplicaba dos veces al mes y ahora hasta más de 10.
 
“Con lo que están gastando y a crédito en agroquímicos, pierden lo que podrían ganar. Y el insecticida que se recomienda como alternativa, el chlorantraniliprole, es más caro, a $us 220 el litro. La limpieza del terreno a $us 25 la hectárea (h), la fumigada que se repite más seguido, es Bs 80 la misma extensión. Y si llega a cosechar, el uso de la máquina es $us 40 la h. Y de ahí viene el transporte. ¿Qué gana entonces? Sumando la cantidad de terrenos de pequeños, medianos y grandes agricultores, solo aquí en Puesto Fernández son unas 3.000 h de maíz de la reciente siembra que se están perdiendo”, explicó Silvia Vale
“Estamos perdiendo. Si se salva algo es para comer”, comentó resignado Basilio Aldana, potosino que llegó hace 10 años y que siembra solo una tarea de maíz (1.000 metros cuadrados).
 
Efecto cadena
 
El presidente de los Productores de Maíz y Sorgo (Promasor), Vicente Gutiérrez, indicó que aún no hay estadísticas de los cultivos afectados por el cogollero, pero su incidencia “será grave y puede producir desabastecimiento en caso extremo”.
 
Además de causar pérdidas a los maiceros, sobreviene el efecto cadena, porque afectará a los porcicultores y avicultores, pues el maíz es materia prima en la alimentación en estas granjas.
 
El presidente de los porcicultores, Oscar Mario Justiniano, y el vicepresidente de los avicultores cruceños, Rodolfo Tonelli, coincidieron en señalar que aguardan la cuantificación de la producción para buscar las soluciones que corresponden
 
Daños del gusano y formas del pulgón
El gusano cogollero es de color café verdoso. El mayor daño que causa es la destrucción del cogollo del maíz. También puede afectar al sorgo, arroz y pastos. En sequía se multiplica con facilidad.
 
Los pulgones son parásitos que consumen la savia de las plantas. Pueden ser negros, amarillos, verdes y tener manchas en su cuerpo.