"Pueden ser inesperadas y suceder cuando el cielo parece estar despejado" pero no deben ser motivo de preocupación, como recuerda la Administración federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por su siglas en inglés), volar "es la forma más segura de viajar". No importa cuánto sintamos que estamos en una lavadora, lo cierto es que esas sacudidas no son nada en comparación a lo que es sometido un avión antes de salir de fábrica. En los bancos de pruebas, muchas alas de aviones de pasajeros pueden llegar a flexionarse hasta 90 grados, en lo que se conoce como pruebas estáticas.
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