FUENTE: LA PRENSA
El especialista Francesco Zaratti dijo que es una oportunidad para que Bolivia busque cnuevos mercados, descartando la ideología.
Ante la noticia del pasado miércoles sobre que Brasil perfila que el nuevo contrato de compra venta de gas con Bolivia sea por la mitad del volumen que actualmente importa, el ministro Arce afirmó ayer en La Paz que Brasil necesitará del gas boliviano aunque políticamente no lo quieran algunas autoridades de turno. Ante posibles variaciones en el futuro contrato de compraventa de gas con ese país, aseguró que el Estado diversificó su economía.
El diario Folha de Sao Paulo, citando a la investigación de la periodista Nicola Pamplona, informó que el Gobierno de Michel Temer pretende relegar a la mitad la participación de Petrobras en la compra del gas boliviano y, posteriormente, crear un Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) que le permita al Ejecutivo controlar el mercado del gas. Además, la investigación advierte que Brasil “no renovará totalmente el contrato de importación de gas de Bolivia, que expira en 2019”. “Brasil es un país que va a necesitar del gas boliviano, así políticamente no quisieran las autoridades de turno comprar el gas boliviano, la economía brasilera requiere de nuestro gas, y nosotros como país hemos anticipado estas posibles, no simplemente variaciones de contrato que puede haber, variaciones de precios que pueden haber”, aseguró en conferencia de prensa, citado por ANF.
Según Arce, el Gobierno tomó recaudos ante posibles variaciones en el contrato. “La respuesta es la diversificación de la economía, ahí están los proyectos de litio que tenemos, los proyectos de industrialización de nuestro gas con algunos retrasos como la planta de urea que significa la industrialización, no necesitamos vender todo el gas como materia prima”, dijo. Sugirió además trasladar la pregunta a los empresarios brasileños para saber si estarían de acuerdo en prescindir del gas boliviano. Por su parte, el embajador boliviano en Brasil, José Kinn, calificó ayer la noticia como una “especulación de carácter político malintencionada”. Indicó a este medio, en Santa Cruz, que hay la tendencia a que Brasil requiera mayor cantidad de gas boliviano y añadió que la relación bilateral entre ambos Estados se conserva a pesar de la salida de Dilma Rousseff.
“Hay que tener cuidado con esas informaciones, hay mucha especulación ahí, es especulación de carácter político malintencionada”, dijo Kinn al señalar que el contrato con Brasil está vigente y que se respeta el envío de 24 millones de metros cúbicos por día (MMmcd), como mínimo, y de 31 MMmcd como máximo. Según Kinn, es poco probable que Brasil reduzca su requerimiento de gas, puesto que repuntar su economía le exigirá, incluso, mayor cantidad de energía, “y el gas es su energía” Por otro lado, calificó como normales a las relaciones con el vecino país e hizo referencia a las declaraciones de su canciller, José Serra, quien “está a favor de que se continúe con las relaciones” para seguir trabajando en los temas que están en curso.
Sin embargo, admitió que el tema principal de la reunión programada para este 19 de septiembre, en La Paz, tiene como tema principal la renegociación del contrato de compra-venta de gas, aunque también están en agenda temas como la exportación de energía eléctrica, la venta de urea, la producción agropecuaria y el tren bioceánico. Al respecto, el especialista en energía, Francesco Zaratti, dijo que el anuncio tiene dos consecuencias. La primera es pésima para el país, dijo, pues “se acabó el tiempo de los contratos de Estado (y sus empresas) a Estado, no sólo por las malas relaciones con nuestros vecinos, que el Gobierno de Evo Morales se ha empecinado a ideologizar sin motivo e irresponsablemente, sino porque son nuevos tiempos en que los tratos se hacen directamente con los privados, con base a las reglas del mercado”. Por el contrario, Zaratti ve la segunda consecuencia como “esperanzadora”, pues es la oportunidad para las estatales de hidrocarburos y energía, YPFB y ENDE, de ir a buscar a compradores “con audacia y valentía”.
“Para eso, será necesario repensar la institucionalidad del sector; modificar la Ley de Hidrocarburos en lo que fuere necesario para recuperar la confianza de los inversionistas; cambiar con decisión la matriz energética interna para proveer electricidad más con energías renovables y menos con gas; corregir la política de subsidios a la energía”, sugiere. Añade que también será preciso “analizar seriamente si la idea del ‘corazón energético’ o del ‘hub’ es viable, en un entorno regional que busca por todos los medios su seguridad energética”.
Sin embargo, teme que “es un programa que está más allá del alcance ideológico y de la cintura política del actual Gobierno”. Sobre el tema, el asesor general de la Gobernación de Santa Cruz, José Luis Parada, coincidió con Zaratti en que Bolivia debe comenzar a buscar otras alternativas de mercados que, según él, no son escasas. En este sentido, dijo que Chile sería una opción, pero, por la coyuntura política bilateral, será poco probable. “Hay que comenzar a ver de otra manera las relaciones con los vecinos, no desde el punto de vista político, sino también desde el punto de vista económico y financiero. Si Chile necesitara en algún momento gas, puede ser una alternativa”, indicó.
PIDEN TRANSPARENCIA
La Fundación Jubileo, en un comunicado, señaló ayer que “el sector hidrocarburos es estratégico por su impacto en los ingresos públicos y su tratamiento requiere una política consensuada y con acceso a información y transparencia”. Jubileo señaló que de esa manera se podrá generar mayores propuestas con visión nacional, no sólo desde instancias gubernamentales, sino también con participación de la sociedad civil. Añadió que, además de transparencia, se precisa la apertura de espacios de debate público con diferentes actores de la sociedad civil que permitan enriquecer, a través de propuestas, la política hidrocarburífera nacional.
El especialista Francesco Zaratti dijo que es una oportunidad para que Bolivia busque cnuevos mercados, descartando la ideología.
Ante la noticia del pasado miércoles sobre que Brasil perfila que el nuevo contrato de compra venta de gas con Bolivia sea por la mitad del volumen que actualmente importa, el ministro Arce afirmó ayer en La Paz que Brasil necesitará del gas boliviano aunque políticamente no lo quieran algunas autoridades de turno. Ante posibles variaciones en el futuro contrato de compraventa de gas con ese país, aseguró que el Estado diversificó su economía.
El diario Folha de Sao Paulo, citando a la investigación de la periodista Nicola Pamplona, informó que el Gobierno de Michel Temer pretende relegar a la mitad la participación de Petrobras en la compra del gas boliviano y, posteriormente, crear un Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) que le permita al Ejecutivo controlar el mercado del gas. Además, la investigación advierte que Brasil “no renovará totalmente el contrato de importación de gas de Bolivia, que expira en 2019”. “Brasil es un país que va a necesitar del gas boliviano, así políticamente no quisieran las autoridades de turno comprar el gas boliviano, la economía brasilera requiere de nuestro gas, y nosotros como país hemos anticipado estas posibles, no simplemente variaciones de contrato que puede haber, variaciones de precios que pueden haber”, aseguró en conferencia de prensa, citado por ANF.
Según Arce, el Gobierno tomó recaudos ante posibles variaciones en el contrato. “La respuesta es la diversificación de la economía, ahí están los proyectos de litio que tenemos, los proyectos de industrialización de nuestro gas con algunos retrasos como la planta de urea que significa la industrialización, no necesitamos vender todo el gas como materia prima”, dijo. Sugirió además trasladar la pregunta a los empresarios brasileños para saber si estarían de acuerdo en prescindir del gas boliviano. Por su parte, el embajador boliviano en Brasil, José Kinn, calificó ayer la noticia como una “especulación de carácter político malintencionada”. Indicó a este medio, en Santa Cruz, que hay la tendencia a que Brasil requiera mayor cantidad de gas boliviano y añadió que la relación bilateral entre ambos Estados se conserva a pesar de la salida de Dilma Rousseff.
“Hay que tener cuidado con esas informaciones, hay mucha especulación ahí, es especulación de carácter político malintencionada”, dijo Kinn al señalar que el contrato con Brasil está vigente y que se respeta el envío de 24 millones de metros cúbicos por día (MMmcd), como mínimo, y de 31 MMmcd como máximo. Según Kinn, es poco probable que Brasil reduzca su requerimiento de gas, puesto que repuntar su economía le exigirá, incluso, mayor cantidad de energía, “y el gas es su energía” Por otro lado, calificó como normales a las relaciones con el vecino país e hizo referencia a las declaraciones de su canciller, José Serra, quien “está a favor de que se continúe con las relaciones” para seguir trabajando en los temas que están en curso.
Sin embargo, admitió que el tema principal de la reunión programada para este 19 de septiembre, en La Paz, tiene como tema principal la renegociación del contrato de compra-venta de gas, aunque también están en agenda temas como la exportación de energía eléctrica, la venta de urea, la producción agropecuaria y el tren bioceánico. Al respecto, el especialista en energía, Francesco Zaratti, dijo que el anuncio tiene dos consecuencias. La primera es pésima para el país, dijo, pues “se acabó el tiempo de los contratos de Estado (y sus empresas) a Estado, no sólo por las malas relaciones con nuestros vecinos, que el Gobierno de Evo Morales se ha empecinado a ideologizar sin motivo e irresponsablemente, sino porque son nuevos tiempos en que los tratos se hacen directamente con los privados, con base a las reglas del mercado”. Por el contrario, Zaratti ve la segunda consecuencia como “esperanzadora”, pues es la oportunidad para las estatales de hidrocarburos y energía, YPFB y ENDE, de ir a buscar a compradores “con audacia y valentía”.
“Para eso, será necesario repensar la institucionalidad del sector; modificar la Ley de Hidrocarburos en lo que fuere necesario para recuperar la confianza de los inversionistas; cambiar con decisión la matriz energética interna para proveer electricidad más con energías renovables y menos con gas; corregir la política de subsidios a la energía”, sugiere. Añade que también será preciso “analizar seriamente si la idea del ‘corazón energético’ o del ‘hub’ es viable, en un entorno regional que busca por todos los medios su seguridad energética”.
Sin embargo, teme que “es un programa que está más allá del alcance ideológico y de la cintura política del actual Gobierno”. Sobre el tema, el asesor general de la Gobernación de Santa Cruz, José Luis Parada, coincidió con Zaratti en que Bolivia debe comenzar a buscar otras alternativas de mercados que, según él, no son escasas. En este sentido, dijo que Chile sería una opción, pero, por la coyuntura política bilateral, será poco probable. “Hay que comenzar a ver de otra manera las relaciones con los vecinos, no desde el punto de vista político, sino también desde el punto de vista económico y financiero. Si Chile necesitara en algún momento gas, puede ser una alternativa”, indicó.
PIDEN TRANSPARENCIA
La Fundación Jubileo, en un comunicado, señaló ayer que “el sector hidrocarburos es estratégico por su impacto en los ingresos públicos y su tratamiento requiere una política consensuada y con acceso a información y transparencia”. Jubileo señaló que de esa manera se podrá generar mayores propuestas con visión nacional, no sólo desde instancias gubernamentales, sino también con participación de la sociedad civil. Añadió que, además de transparencia, se precisa la apertura de espacios de debate público con diferentes actores de la sociedad civil que permitan enriquecer, a través de propuestas, la política hidrocarburífera nacional.