El presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Marcelo Zabalaga, reivindicó ayer la política cambiaria del país, que mantiene el valor del boliviano estable respecto al dólar estadounidense desde 2011, para preservar la estabilidad económica y el poder adquisitivo de la moneda nacional. Asimismo, a pesar de la sequía y la crisis internacional, el ente emisor mantiene la previsión de crecimiento económico de 5% para este año.
FUENTE: JORNADA

Durante la presentación del informe semestral sobre política monetaria, Zabalaga argumentó que la apreciación reciente de las monedas del entorno y "la solidez de la posición externa", basada en las reservas de divisas del país, validan esta política. "No hay ninguna necesidad de modificar nuestro tipo de cambio", sostuvo el presidente del BCB. El economista explicó que las monedas de los países vecinos se están apreciando este año, después de seguir una política de devaluación durante 2014 y 2015. "Nuestra competitividad externa para el comercio exterior es la misma que teníamos hace dos años", aseguró. La última vez que la cotización del boliviano se modificó respecto al dólar fue el 1 de noviembre de 2011, cuando se apreció un 0,14 %. Desde entonces, se mantiene en 6,86 bolivianos para la compra de un dólar y de 6,96 para la venta.

Zabalaga también destacó que las reservas de divisas alcanzan el 32 % del producto interior bruto (PIB) boliviano, un porcentaje inferior al registrado hace tres años, cuando superaban el 40 %, pero que el BCB considera suficiente. El ente emisor atribuyó esa disminución a la reducción drástica de los precios de las materias primas en los años recientes. Crecimiento 5 % La institución ratificó la proyección oficial de un crecimiento de 5 % para este año, pese a que instituciones como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional manejan predicciones inferiores, del 3,7 % y 3,8 % respectivamente. "A pesar de que la agricultura está sufriendo mucho y ha sufrido, hay otros sectores que han mejorado su desempeño, básicamente la construcción, la manufactura, hay cierta recuperación de la minería, y entonces creo que hay que esperar el curso de los acontecimientos para ver cuál será nuestro crecimiento, por eso preferimos seguir manteniendo el previsto de 5% a final de este año", puntualizó.

Zabalga defendió las políticas expansivas y "contracíclicas" del BCB, que en el contexto de crisis regional han facilitado el crédito para la banca privada, al mismo tiempo que los bajos intereses desincentivan invertir en tesoro público y por tanto facilitan el crédito a la economía productiva. También justificó la utilidad de la inversión pública y el control de sectores estratégicos por parte de empresas estatales, a las que el BCB financia con préstamos directos, para incentivar la economía en medio del contexto adverso. El informe oficial reconoce la pérdida de ingresos por exportaciones y la bajada del dinero invertido en importaciones. El asesor principal de política económica del BCB, Raúl Mendoza, dijo que durante los siete primeros meses del año las exportaciones cayeron un 26 % y las importaciones un 16 %.

Sin embargo, destacó que en volumen de mercancía esta caída es solo del 5 % en exportaciones y de un 3 % en importaciones, lo que muestra que el descenso se debe más a la caída de precios de materias primas que a un menor dinamismo de la economía. En opinión de Zabalga, estos datos muestran que "las empresas siguen confiando en el futuro", ya que siguen importando bienes de capital e intermedios. A su juicio, la estabilidad relativa del volumen de exportaciones muestra que las empresas, además de mantener clientes, "no están perdiendo" dinero. Zabalga también resaltó las buenas proyecciones de Inversión Extranjera Directa (IED), que crecería una décima en 2016 hasta el 3,2 % del PIB mientras que disminuye en países vecinos como Argentina y Brasil, aunque reconoció que en volumen total la cifra es baja respecto a las economías vecinas.