La presidenta apartada del poder, con pocas posibilidades de vencer, responde el lunes a los senadores.
EL PAIS.COM

Dilma Rousseff cruzará este lunes la sala de alfombras azules del Senado Federal brasileño camino del estrado. Ahí encarará, de un golpe, a todos sus 81 jueces, a los 81 senadores. Será la primera vez en los más de 270 días que dura el proceso de juicio político (impeachment) que la presidenta apartada temporalmente del poder se defenderá, personalmente, de las acusaciones y, a la vez, tratará de convencer a los (pocos) senadores aún indecisos de que debe continuar en el cargo. Será, sin duda, la escena culmen de este proceso histórico en el que se juzga a un jefe de Estado. El otro juicio político desarrollado en el Brasil democrático, el de Fernando Collor de Melo, en 1992, no llegó hasta aquí. Antes de someterse a las preguntas de los senadores, Collors dimitió. Rousseff, como ya avisó, llegará hasta al final.

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